ONG ESCANDALIZA A FRANCIA

ONG ESCANDALIZA A FRANCIA

By Jorge Antonio Díaz Miranda

Lunes 24 de diciembre 2012

Los ausentes siempre están equivocados, recuerda Tracy Mcnicoll el antiguo proverbio francés, en su columna de NEWSWEEK (17 de diciembre de 2012), para caracterizar la cobardía de Eric Breteau y de su novia Emilie Lelouch, presidentes de la escandalosa ONG Arca de Zoé, quienes se autoexiliaron en Sudáfrica para no acudir a los requerimientos judiciales de Chad y Francia, quienes los acusan por secuestro de menores, fraude, extracción e internamiento ilegal de menores de edad entre países, simulación de ayuda y mentiras.

La secuela natural del asunto Arca de Zoé es el desprestigio de Breteau y asociados quienes gestionaron el transporte de 103 niños desde Chad a Francia, argumentando que se trataba de niños huérfanos afectados por la guerra de Darfur en la vecina Sudán. Pero las investigaciones de UNICEF, y el gobierno de Chad, y las que más tarde llevaría a cabo el fiscal federal de Francia, pusieron al descubierto que no se trataba de huérfanos sino de niños con familia, además de que no eran de nacionalidad sudanesa sino del mismo Chad.

De lado de Chad, los 103 niños fueron reclutados por la ONG Arca de Zoé con el propósito de recibir ayuda humanitaria, educación, alimento y atención médica. En ningún momento del reclutamiento de estos niños se informó a sus padres de que serían trasladados a Francia.

De lado de Francia, Arca de Zoé reclutó a 358 parejas que deseaban adoptar niños, mediante avisos en internet, cobrándoles más de dos mil euros por gastos de registro, representación y envío. De hecho estas parejas ya esperaban en Francia el avión de alquiler que había contratado Arca de Zoé. Para mayor realismo y teatralidad, los niños tenían rostros demacrados (por la diferencia horaria), con ojos lacrimosos (pues eran llevados a un lugar extraño contra su voluntad) y estaban disfrazados con vendajes (por supuestas heridas de guerra).

El escándalo de la fraudulenta ONG desató tensiones entre Francia y Chad, al grado de que el presidente del país africano declaró a la prensa sus dudas respecto de las verdaderas intenciones de Breteau y de los funcionarios franceses coludidos con las correrías de la ONG: “¿Fue para venderlos o para matarlos y quitarles sus órganos?”

Pero los cuestionamientos del gobierno de Chad abren una línea de preguntas más amplias del asunto Arca de Zoé:

¿Cuántas veces más, Breteau y sus asociados trasladaron niños de manera ilegal fuera de Chad o de los países africanos donde la ONG tenía presencia?,

¿Cuáles funcionarios de gobierno de ambos países o de otros, participaron en la red de Breteau, para autorizar el aterrizaje de aviones alquilados, y el traslado de niños de procedencia dudosa?,

¿Dónde estaban los controles migratorios franceses y cómo fue que autorizaron a Breteau, ciudadano francés, estas acciones de traslado?, y por último,

¿Por qué interpol se ha mantenido al margen para perseguir al indiciado por un acto criminal perseguido internacionalmente?

El coletazo del desprestigio alcanza a todos los involucrados en misiones humanitarias sino se aclara la pregunta de ¿Cuántas ONG´s civiles, organizaciones internacionales, religiosas o de voluntariados, aparte de Arca de Zoé, abría insertadas en el tráfico internacional de niños en situación de vulnerabilidad social?