LA TEMPESTAD QUE LLEGA
EN CINCO ACTOS
NURIEL ROUBINI PREDICE LA LLEGADA DE
OSCURAS NUBOCIDADES FINANCIERAS
Jorge Antonio Díaz Miranda
27 de agosto de 2012
“La economía es extremadamente útil como forma de
empleo para economistas”
John Kenneth Galbraith
“La economía mundial es un juego de suma cero, en
el que la ganancia de unos pocos países es la ruina del resto”
“La pobreza es un mito genial”
Pedro Aspe Armella a finales del sexenio salinista
y unos meses antes del estallido del movimiento zapatista en Chiapas
Primer acto, aparece en escena el Dr. Doom,
Emisario de la ruina, vocero del infortunio …
Para desgracia de muchos el economista Nuriel Roubini ha acertado en
muchos de los pronósticos económicos que forman parte de un contexto más amplio
del modelo global de desastre que él ha formulado junto con otros expertos de
la materia. Una de las más famosas predicciones que presentó fue sobre la
debacle financiera de 2008, aunque sus escenarios contemplaron peores circunstancias
de las que actualmente se viven (o tal vez porque los políticos no están
dispuestos aún a decir la verdad sobre la gravedad de las cosas y lo que ello
implica en términos de costos sociales como el desempleo y el nulo crecimiento
económico). Recientemente escribió en un influyente foro de opinión económica
un ensayo sobre la “tormenta perfecta”
que está por caer sobre la atribulada economía mundial. Desde 2008 y gracias a sus vaticinios
apocalípticos, algunos tabloides y medios sensacionalistas, sobre todo de
Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos, llaman a Roubini “Dr. Doom”. En ese
artículo, The Perfect Storm, Roubini
define algunas variables que caracterizarían la tormenta que se avecina,
algunas de las cuales ya sucedieron, otras están sucediendo y otras están por
suceder…aunque algunos optimistas como Hollande, Merkel y Obama, piensan que no
está decidido todo y tal vez la situación pueda tener una especie de reversión.
Ya veremos.
Segundo acto, mal clima en Europa.
Donde la ganancia de unos cuantos países
es la ruina para el resto.
La
eurozona se hunde ante el peso del lastre
deficitario de algunos de sus miembros. La troika presiona para tomar medidas
de emergencia en medio del pánico inflacionario y el quiebre de bancos,
cooperativas y sociedades mercantiles. En efecto, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Central Europeo, dictan a los países como Grecia, Italia, Portugal y España la
africanización de sus sociedades para enderezar la proa del incierto navío. La historia es la de siempre: tocar, comprar y
degradar, o bien, tocar, degradar y después comprar. En los buenos tiempos los
principales bancos europeos jugaban a especular obteniendo de tasas financieras
infladas jugosas ganancias mientras los gobiernos iban entrando en una lenta
pero inexorable espiral de inviabilidad financiera. Berna, Bruselas y las Islas Caimán fueron los
paraísos fiscales que coludidos con el gran capital internacional torpedeaban
las frágiles economías de países emergentes condenándolas al subdesarrollo por
generaciones. Pero eso termino en 2008 con los “derivados tóxicos” que
invadieron toda la economía mundial desde los Estados Unidos, por la “generosidad” de instituciones
fraudulentas como Fanny Mae,
Morgan-Sanley, entre otros gigantes. Las
crisis en Grecia, Italia, Portugal y España, ha revelado la fragilidad de la
inflada moneda europea cuya existencia está basada en una burbuja de
depreciación y endeudamiento público.
Tercer acto el forzado aterrizaje BRIC (Brasil, Rusia India y
China).
Donde la bonanza de los viejos buenos tiempos
ha lugar a una competencia de corrupción y jumping.
Los
signos de debilitamiento chino perjudicarán sin duda al club selecto de las
economías emergentes como Brasil, Rusia e India. El decremento de las
exportaciones de materia prima hacia china sumirá a Brasil en una inmovilidad
de crecimiento económico que pasará factura (como siempre) a los sectores
sociales más desprotegidos, y lo mismo pasará en India. La baja demanda de
productos chinos golpeará directamente el precio de productos energéticos como el gas y el
petróleo provenientes de Rusia lo que desplomará aún más, la economía rusa en
los actuales tiempos del neo zar Vladimir Putin. La fragilidad de la economía
china reside, de acuerdo a Roubini, en que su economía se caracteriza por un
consumo bajo y un ahorro muy alto, lo que se traduce en atraso para un numeroso
sector de su población rural y obrera. La única salida del gigante asiático es
bajar aún más los costos de la mano de obra y la fabricación de sus productos
lo que tarde o temprano traerá como consecuencia una depreciación de la
precaria calidad de sus productos.
Cuarto acto el Medio Oriente
Es una inestable olla de presión
con la fuente de un calor descontrolado
El penúltimo ingrediente de la tormenta
perfecta sería otra guerra en Medio Oriente. Escenario que no está lejos por
los desaseos estadounidenses-israelitas en medio de la crisis con Siria e Irán.
La furia de los colosos europeos ante el veto de China y Rusia, con respecto al
programa nuclear de Irán, puede provocar un desquiciamiento de Israel que
mantiene una alerta general para bombardear por vía aérea las instalaciones de
enriquecimiento de uranio iraníes. La moneda de cambió sería un alza repentina
de los precios del petróleo, lo que a corto plazo provocaría el colapso de la
oferta del energético (pues Irán cuenta con reservas significativas), afectando
las ganancias de la industria pesada de los Estados Unidos. Colateralmente esta
escalada de precios del petróleo dejaría, según Roubini, menos margen de
maniobra para llevar a cabo políticas de expansión monetaria. Es decir, menos
dinero que gastar igual a nulo crecimiento económico, más contracción del
empleo y el consumo interno.
Último acto, Estados Unidos se hunde,
Llevándose consigo las Américas.
Desde
hace más de veinte años para nadie es un secreto la inviabilidad económica de
Estados Unidos. El sobre endeudamiento público y el precio inflado del dólar,
sólo pueden sostenerse si otros países están dispuestos a pagar las facturas
del modo de vida despilfarrador del gigante norteamericano. La economía de
guerra que tantas veces ha salvado del desastre al complejo militar-industrial
de aquel país parece agotado con los desastres militares en Irak y Afganistán,
pues sólo han servido para incrementar el caos en esas sociedades con su
retorno a la edad de piedra, sin que su reconstrucción sea costeable para
empresa alguna, incluso las más directamente beneficiadas por la nueva
situación geopolítica de esos países. Por si fuera poco, la “primavera árabe”
ha cancelado el acceso estadounidense al mercado internacional de la fuerza
laboral de bajo costo pero altamente productiva. La ruina de las finanzas
gubernamentales de los Estados Unidos tras la guerra contra el terrorismo sólo
ha producido resultados mediáticos, que no han parado la burbuja de desempleo
estadounidense y la quiebra inmobiliaria, que ha dejado sin hogar a cientos de
miles de personas en ese país.
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