miércoles, junio 13, 2012

PEDERASTIA CLERICAL EN COMUNIDADES INDÍGENAS DE OAXACA


PEDERASTIA CLERICAL EN COMUNIDADES INDÍGENAS DE OAXACA*

JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
MIÉRCOLES 13 DE JUNIO DE 2012



Cuando menos 45 niños y jóvenes de regiones indígenas oaxaqueñas fueron víctimas de abuso sexual por parte de un sacerdote, Gerardo Silvestre Hernández, de acuerdo a diversos testimonios que desde junio de 2009 fueron presentados por autoridades municipales y feligreses, e incluso, de viva voz ante el arzobispo José Luis Chávez Botello por diez curas oaxaqueño, los que después notificaron del asunto al Vaticano donde a pesar de las evidencias y los testimonios presentados lo declararon inocente.

En una carta formal enviada al cardenal William Joseph Levada, directivo de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, los religiosos oaxaqueños aseguraron que desde el 16 de junio de 2009 “advertimos a nuestro arzobispo (Chávez Botello) y a su obispo auxiliar, Óscar Campos Contreras –hoy obispo de Tehuantepec–, en una reunión que le pedimos para tratar este caso, que el malestar del pueblo y la noticia de la pederastia del padre Gerardo Silvestre estaba desbordando los límites de las parroquias de Santiago Camotitlán –su parroquia inmediatamente anterior– y San Ildefonso Villa Alta, su parroquia actual en este momento”.

La carta al Vaticano, enviada el 4 de agosto de 2010, puntualizaba: “Estamos muy preocupados por esta situación que, consideramos, puede llevar a nuestra iglesia diocesana –y por ella a la Iglesia universal– a una crisis de credibilidad y de pérdida de respeto peor que la que el papa Benedicto XVI advierte en su Carta Pastoral a los católicos de Irlanda”, pues el delito de pederastia que denunciamos, pudiendo resolverse a tiempo, se ha dejado que avance encubierto por nuestro arzobispo, con gran sufrimiento de niños y adolescentes indígenas, de sus padres y de pueblos completos.

En la reunión del 16 de junio de 2009 con el arzobispo Chávez Botello, los curas leyeron un texto integrado con testimonios de las víctimas y testigos:
Santa Catarina Yetzelalag, Villa Alta: el sacerdote Silvestre Gerardo a los niños y jóvenes de la comunidad (...) les hacía caricias obscenas y jugueteaba con ellos (...) En una de las festividades (...) invitó a unos jóvenes a tomar y les compró sus cartones de cerveza y que ya tomados a uno de ellos le estuvo chupando el pene y acariciándolo indebidamente.
San Ildefonso, Villa Alta: “le gusta el licor... se ponen a tomar con él y tener jovencitos de otras comunidades que no corresponden a la parroquia en sus habitaciones... lo han visto tomado en los basureros por las noches y anda con el cuello lleno de chupetones morados… Hay otro joven en esta comunidad que ha sido otro de sus amigos íntimos del padre y comenta que los de Camotitlán son unos p%#& porque dan su limosna para que él las disfrute ya que dice que el padre le da a él por los favorcitos que le ha hecho y que por fin se aventó uno de cura”.
Temaxcalapa: por estar tomado sufrió un percance con su camioneta en calles centrales de la comunidad... cuando en una reunión le hicieron ver sus fallas... se molestó y les pidió fotos o videos... les dijo que no les extrañara que un padre tomara ya que hay padres borrachos, mujeriegos... y hasta con hijos y que son peores más hasta hay obispos borrachos y con mujeres.
Santiago Camotlán: una víctima da testimonio de que Gerardo Silvestre lo llevó de acompañante a San Dionisio Ocotepec; de regreso lo metió a un hotel, lo emborrachó y abusó sexualmente de él. En un video, un joven de enlista nombres de niños, jóvenes y hasta un viejito a los que Gerardo Silvestre Hernández en diversas fechas embriagó para luego tener relaciones sexuales. La suma de lo relatado por ese joven es de más de 4o casos.

Los pueblos indígenas afectados y ofendidos han empezado a unirse y organizarse para actuar en contra del padre Gerardo Silvestre Hernández y el arzobispo José Luis Chávez Botello, al primero por pederastia y al segundo por complicidad y encubrimiento. Lo anterior fundado en el decir de siete sacerdotes diocesanos al advertir que el mencionado jerarca religioso ponía oídos sordos desde 2009 a los señalamientos contra su protegido. Lo peor es que sobre esas denuncias tenían conocimiento desde años atrás el gobierno de Oaxaca, Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH); instancias que guardaron silencio. Derechos de Autor ®

*Con información de Julio Hernández López, Octavio Vélez Ascencio & los corresponsales de la Jornada en Oaxaca. 

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