A estas alturas del partido la escuela priísta prescribe esquizofrenia y autismo selectivos. La primera para impulsar la violencia al mismo tiempo de aparentar tolerancia. Lo segundo para no ver ni oír la voz de la oposición. En el cálculo de inducciones y percepciones impuestas, el "insoslayable triunfo" del dinosaurio, se consideran, además del peso de las estructuras tradicionales como el caciquismo y el corporativismo, otras estrategias premeditadas de ingeniería electoral del fraude que incorpora la manipulación cibernetica y la caída del sistema. El enfoque del actual staff peñanietista está centrado en el logro de los resultados por las malas o por las peores, por ello despliega operadores en todo el país que desde ahora compran, amenazan, cooptan, presionan, condicionan, el voto ciudadano. Lejos de los reflectores públicos y más allá del alcance punitivo del mismo IFE los signos de manipulación se multiplican con errores intencionales que ya anuncian tempranamente cómo será el fraude inocultable que se avecina. El dinosaurio tricolor nunca se ha ido ni tampoco las practicas cavernarias anti democráticas que se pueden reinstalar por la sencilla razón de que la democracia en México es democrática sólo en apariencia y dictatorial en la practica. México no es el DF, Guadalajara, Monterrey o Cancún; México es rural y marginal, vulnerable, habitado por minorías Indígenas, rurales y urbanas que pueden doblarse, acallarse y suplantarse para beneficio de quienes han promov ido siempre su estado marginal.
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