martes, mayo 08, 2012
NI FU NI FA
Pido perdón a los hipóteticos lectores por el título escatológico, pero en la debacle nacional seguimos acumulando los lugares comunes de la política cero con el contubernio de la desmemoria y la simulación democrática. ¿Dónde están los temas fundamentales de la agenda nacional, los problemas y sus posibles soluciones, las propuestas y los planes?. El vacio que se perfila en el debate -que no es ningún debate- hace suponer la saturación de frases huecas y amorfas sin una verdadera intención de encontrar alternativas reales. Los colores partidistas hacen daño cuando entre ellos no hay diferencias ideológicas verdaderas, cuando las fórmulas son las mismas, las ideas raquiticas y fuera de lugar, cuando el enfoque confluye a la demagogia saturado de ajustes de cuentas con fantasmas del pasado, cuando brillan por su ausencia la reflexión y los estudios comparativos, cuando al mirar a uno y otro lado es lo mismo en involución social y paliativos que no solucionan nada y sólo posponen... para qué seguir con la idea de un desarrollo sostenido dependiente del petroléo cuando esa misma fórmula constituye un lastre que depende del mercado mundial y ha traido más desajustes que logros económicos. Para qué seguir pensando en la vigencia de una guerra frontal contra el crimen organizado cuando en los hechos esto ha significado sólo sangre, violencia y conflicto. Para qué seguir evocando los fantasmas del salinismo cuando nadie ha ido a la cárcel por las graves omisiones y robos de la dictadura perfecta de 70 años. Para qué prestar oídos al candidato de un partido que en los hechos es franquicia del gran negocio del siglo mexicano llamado SNTE en manos de una pontífice vitalicia y corrompida por el sistema que ella ayudo a forjar. Pura paja edulcolarada que coquetea con el absolutismo blando que hoy por hoy se ha puesto en boga como alternativa arribista ante la deblacle de los grandes sistemas ideológico-políticos. Sartori, el célebre politologo italiano, ha descrito los sistemas constitucionales vigentes como laboratorios de simulación democrática que sostienen su pesada estructura democrática en la desigualdad y en la sinrazón. Con todo este no es un llamado a anular tu voto, este es más bien un señalamiento que quiere llamar la atención de la gran imperfección en la que nos movemos y los riesgos que siempre acechan ante nuestra inacción.
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