El cine negro ha sido un éxito en países como Italia, porque explora a profundidad los filones subterráneos de la civilización en sus manifestaciones más primitivas. El film de Andrea Molaioli es un buen ejemplo de talento para contar una historia desde el equilibrio y el buen gusto de no recurrir con facilidad a los detalles morbosos, dosificando la tensión, distribuyendo las pistas claves y diseminando el misterio hasta el final de inesperada conclusión. Un crimen ocurrido en un pueblo paradísiaco, con indicios de violencia desmedida, que hacen pensar en dementes miembros de una sociedad secreta con tendencias misóginas. Un policía de ciudad fracasado y aburrido que toma en sus manos la conducción de la investigación. Un drama dentro del drama que se va desdoblando hasta ofrecer múltiples perspectivas. Actuaciones convincentes e inteligentes que van hilvanando un perturbador palimpsesto sicológico de perturbaciones y vicios ocultos. Son los elementos que posee esta película recomendable en todo sentido, incluso desde el punto de vista de la banda sonora que no se sobrepone a la historia pues la acompaña, la perfila y subraya sin exagerar su incesante intensidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario