jueves, octubre 01, 2009

NYC MAN

Closet the shop, let´s take a drive/ Take a brake from 925/ It´s a great two be alive, ¡oh yea¡/ We could rent some rollerskate/ We could skate around the lake/ If we don´t know how, we´ll fake it, ¡oh yea¡/ Strollin, strollin´ we could have fun just strollin´/ Rockin´, rollin´, ¡oh yea¡
Prince & The New Power Generation I´m Waiting for the man. En la esquina del dirty Boulevard estoy sentado esperando mi dosis diaria de piedad química. Me siento enfermo, sucio y muerto. Sí, estoy esperando a esa chica, con la paciencia de los años perdidos, con la rabia de lo que he sido sin quererlo, con la vigilia de tantas noches sin dormir. Lo primero que uno aprende en la vida es a esperar. Busload of Faith. No quiero confesarme en St. Patrick´s Church. No quiero evadir esta oscuridad con otro recurso barato de redención. Con el alma debemos tener cuidado, podemos lidiar con el engaño pero no auto engañarnos: da lo mismo que seas un pontífice o un testaferro, un paria o un potentado, un macho o un marica, feminista o simplemente mujer; al final del día la carne vence cualquier ideología. Heroin. I wanna be High, so High. Subí al jet heroína y después de una explosión interminable de colores, hube de eyectarme de su turbulenta altura con un paracaídas de efedrina y LSD. Por sobrevivir el suplicio químico me siento el hijo de Jesucristo, pero sin pagar los molestos pecados de vuestras soberanas bajezas. A mi qué me importa lo que puedas pensar de mí, si la hipocresía sostiene el patético orden de tu desvarío. Black Angel´s death song. Ahí está el ángel negro. Ahí duerme, en un rincón sucio de Hyde Park. Cada mañana despierta a la muerte y a la noche se transforma en un murciélago. Despliega sus alas en la oscuridad. Toma su guitarra eléctrica y se pasa las noches tocando blues. Él es un ángel negro. Duerme de día en un rincón sucio de Hyde Park. ¡Ey Jim, listen, Wake Up man¡. El ángel negro es un murciélago que toca blues. La guitarra gime con notas alargadas y agudas, escupe un cúmulo de extraño dolor, desolada, desesperada, más allá del consuelo y la redención. ¡Ey Jim, listen, Wake Up man¡. Rock ´n´ Roll. Jenny pasa las tardes entregando paquetes de regalos. Recorre el Lower East con sus patines aerodinámicos. A pesar de todas sus evidentes amputaciones emocionales, Jenny se levanta con la fuerza de un invisible leviatán. Jenny no tiene tiempo de contemplar la sangre de sus manos. Jenny no tiene tiempo de ponerse triste. Jenny es mi chica y viene alguna tarde a revolcarse y girar conmigo, para situar el amor en la materialidad de su piel incansable. That´s the story of my life. Tengo problemas para dormir. Hace tanto tiempo que no sueño. Me paso las noches en blanco, asaltado por visiones terroríficas. No tolero haber sido tan estúpido. Me subí a una fragata de la Us Navy rumbo a Oriente Medio, poco después del ataque demoledor a las Twin Towers. Un mes después el fuego de mis propios amigos me bautizó, haciéndome regresar a casa con la mitad de mi cuerpo inutilizada de por vida y cargando el doble de basura que pensaba descargar en odio y amargura. Going Down. Sueñas despierto. Te invade la ilusión de tener todos tus problemas localizados. Tu ojos se llenan de la invención de la totalidad. Pero lo que no sabes es que hay piezas de tus propios planes que se mueven cada hora y se descolocan. Y aunque estás hundido te aferras a tu pobre seguridad. No sabes o no quieres saber que te estás hundiendo. No sabes o no quiere saber que todo el mundo alguna vez o muchas veces en la vida, cae o vuelve a caer. Sería más fácil si aceptarás lo impredecible del siguiente momento. Sería más fácil si te aligeraras de tus tortuosos planes y cayeras liviano algunas noches en los brazos de alguna chica. Yo soy sólo un perro persiguiendo autos en el Free Way que va a Coney Island. No sabría qué hacer si atrapará un vehículo a alta velocidad. Magic and loss. Magia y pérdida. La magia de verdad –dice Lou Reed- reside en hacerse desaparecer a uno mismo, como de hecho lo hacen los ancianos Raramuris de las montañas mexicanas que un buen día desaparecen sin dejar algún rastro. Desaparecer sin dejar a los otros el peso de la pérdida, la sombra de la ausencia, el halo negro de un stock de dolor. En el crazy long-soft parade de la vida los cuerpos se agitan en la danza fúnebre a la orilla de un abismo inescrutable. La inminencia repentina de la nada desfigura el sendero de partículas de luz, dust Of time. Ecstasy. No quiero saber de mi mujer cuando se acuesta con el vecino, mientras yo me trago el desconsuelo de los noticieros nocturnos. Sólo quiero pasear en mi viejo Ford por las calles de New York. Sólo quiero ejercer mi derecho de desentenderme de esa parte de la historia que no me gusta. Quiero el vértigo del éxtasis. Quiero éxtasis. Tengo derecho al teatro de las máscaras… soñar que he nacido un siglo antes, experimentar la vida como si fuese Alan Poe o Lovecraft. Para los momentos de desesperación tener a la mano mi Paranoia Key de control remoto y convertirme en Hôlderlin, Enescu, Bêla Bartók, Manuel Acuña o Theophile Gautier. Quiero el vértigo del éxtasis. Quiero éxtasis. Éxtasis.
Submitted: Jorge Díaz Miranda 01 de octubre de 2009

2 comentarios:

  1. Hola, Poeta.

    Me gusta la manera en la que escribe, su forma de jugar con las palabras, y esa dosis de tragedia; pareciera ser siempre la indicada.

    Sus historias me atrapan aunque algunas veces me confunde su imaginación desenfrenada, me pierde, y cuestiono lo real de lo ficticio.

    Leerle me apasiona, supongo que a cualquiera por el reto que representa comprenderle, lo conozco tan poco o mejor dicho, nada; de eso que usted sea lo que yo quiera.

    Un día el personaje de su historia y al otro el que he creado en mi cabeza.

    Desde hace ya algún tiempo que lo admiro.

    Y mas cuando desborda borbotones de locura, pareciera que arrebatará las ideas de los aires volviéndolas prisioneras del papel.

    Espero escribir en un futuro próximo como usted.

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  2. hola, poeta.

    Esas historias de miseria que podría adoptar cualquiera y sentir lástima por uno mismo para darse el gusto de justificar toda la mediocridad que se trae encima.

    Como quien busca la salvación en manos del mismísimo Dios; cuando le pides, cuando le lloras y al poco rato le escupes. Esa es la salvación de los insulsos e hipócritas que lo único que ganan es hundirse más en la inmundicia.

    Basura caminando por las calles, contaminando a cada paso, derrochando lastima por si mismo, la malas decisiones tomadas no le permiten sostener ni la propia vida, talento desperdiciado.

    Recibiendo el calificativo del ángel negro y gusta de ello.

    “El ángel negro”, ¿Qué no entienden? que el nombre ya ha sido patentado, y el mismo diablo les daría una patada para alejarlos de su lado pues solo contaminarían el infierno.


    Se tiene el derecho a soñar pero no se tiene el derecho a escapar de la realidad.


    Me gusta lo que escribe.

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