sábado, mayo 02, 2009

SIMPLICIUS SIMPLICISSIMUS

ALGUNAS NOTAS PRELIMINARES SOBRE SIMPLICIUS SIMPLICISSIMUS[1] DE H. J. CH. VON GRIMMELSHAUSEN BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA 21 DE ABRIL DE 2009
El aventurero SIMPLICISSIMUS alemán. Es decir: la narración de un curioso vagabundo apodado Melchior Sternfels von Fuchshaim/ de dónde y de qué Manera vino a este mundo/ de lo que aquí vio/ aprendió/ vivió y sufrió/ y de cómo voluntariamente renunció a él. Sobremanera divertido y muy provechoso de leer.
Introducción. Considerada la obra literaria del siglo XVII SIMPLICIUS SIMPLICISSIMUS, mantiene su sentido y vigencia por el contenido crítico que guarda en sus páginas, quizá se trate de la primera novela anti bélica de la historia de la literatura universal. Desde un punto de vista estilístico se nos presenta el problema de su clasificación, la cual está emparentada con el estilo barroco del siglo XVII alemán, aunque con un horizonte cultural más vasto si consideramos la caracterización de los personajes o las pistas históricas que se combinan en la narrativa. Y es que en el complejo argumento de su narrativa se entrecruzan tres referentes que se juntan o se separan según los giros de la aventura del héroe: la contradictoria complejidad del protagonista Simplicius (1), la historia alrevesada y polémica que va desplegándose a su alrededor (2), el sentido del sarcasmo con que el autor se expresa a través de enredados retruécanos lingüísticos (3). Por si todo lo anterior fuera poco, también está el supuesto anonimato que cubre al autor con una biografía imprecisa y una personalidad múltiple que lo sitúa en distintos contextos y situaciones disimiles. Después de varios años de discusiones entre los especialistas de hoy, se han establecido documentalmente al menos dos hechos respecto de la novela SIMPLICIUS SIMPLICISSIMUS. Primero, que se trata de una obra representativa del barroco alemán. Segundo, que la novela cuestiona, desde una vasta y prolífica expresividad literaria, el sinsentido de la guerra de los treinta años. Tercero que es la obra literaria más representativa de la picaresca alemana. La guerra de los treinta años. El barroco no sólo plasmo en las artes, bustos heroicos o letras alusivas a los poderosos, también sirvió para tallar a buril las convulsiones sociales del siglo XVII y el sufrimiento padecido por pueblos y comarcas al soplar los vientos de la guerra. El escultor barroco Andrés Schlûter, por ejemplo, labró en piedra las 22 prodigiosas “máscaras de guerreros” que revelan la condición humana amenazada por el dolor y la muerte, en distintas fases de sufrimiento. Como el escultor Schlûter, Grimmelshausen y otros intelectuales coetáneos, fueron testigos directos de las amargas disputas por la supremacía religiosa dentro del llamado Sacro Imperio Romano, entre las facciones protestantes y católicas, lo que desembocó en la temible guerra de los treinta años. De lado protestante Bohemia, Dinamarca, Suecia y Francia (en una sucesión de desastrosas campañas militares) y del otro lado los Habsburgo austriacos españoles con enormes contingentes de ejércitos mercenarios. De hecho la guerra en el siglo XVII no se puede explicar sin la presencia de ejércitos mercenarios que vagaban de un lado a otro ofreciendo sus servicios a poderosos señores que pudieran pagarlos para resguardar su reino, este es el gran defecto de construcción de los reinos europeos continentales de la época, sin ejércitos propios, dependiendo de los vaivenes comerciales de volubles ejércitos que se vendían al mejor postor. Los ejércitos mercenarios de los bandos enfrentados caían sobre las ciudades y granjas de Europa central una y otra vez como plagas, incendiando casas cultivos, saqueando graneros y corrales, torturando, robando, violando y humillando la dignidad de campesinos, artesanos y siervos, asesinando civiles inocentes que nada tenían que ver con el conflicto; dejando tras de sí desolación y ruinas visibles a lo lejos como gigantescas piras humeantes. Todo lo anterior en el período turbulento que va de 1618 a 1648. Algunas perspectivas simplísimas del estulto y sabio Simplicius.
SIMPLICIUS SIMPLICISSIMUS se divide en cinco libros y en cada uno se explica distintas etapas de la vida del héroe, desde su nacimiento con su vivienda saqueada por la soldadesca, su crecimiento, el contacto con el mundo, sus distintos oficios de pícaro y la tragedia-regeneración/reivindicación moral del personaje. Y el trasfondo que domina es la guerra con sus guarniciones, frentes de batalla, territorios arrasados, y los múltiples cambios de marea que de tanto en tanto sufren las volubles lealtades humanas. A SIMPLICIUS la vida militar se le asemeja a “música horrorosa” donde “Los crueles disparos, las corazas que chocan, las astas de las picas que se hacen astillas, los gritos de los atacantes y de los heridos…el resonar de las trompetas, el batir de los tambores, la estridencia de los pífanos”., y luego cuando el fragor del enfrentamiento se calla “la tierra acostumbrada a cubrir a los muertos estaba ahora cubierta de cadáveres”. SIMPLICIUS se burla de la falsa hidalguía y la gallardía exagerada, como burdas imitaciones de héroes antiguos, de los oropeles de podredumbre en medio de covachas apestosas, donde la plebe se concentra para admirar marionetas enjaezadas; de la barbaridad que encierran los uniformes y los avíos de batalla con criminales disolutos y médicos matasanos que utilizan pólvora para cauterizar las heridas sin importar que mueran los pacientes en gran número comparado con los pocos que sobreviven. SIMPLICIUS también es un loco que pasa de corte en corte como un bufón, diciendo a los señores dos o tres verdades de su monstruoso mandato, señalando las promesas olvidadas de paz, armonía y tolerancia religiosa, o declamando versos que aluden a la utopía imposible de la justicia y la razón. De un lado a otro, de un frente a otro SIMPLICIUS vaga sin rumbo como un barco perdido, la tempestad lo alcanza en distintos momentos y en cada uno alguna extraña potestad lo salva, pues en verdad va perdiendo en cada turno la máscara de simpleza e ingenuidad tras la que se oculta su maliciosa inteligencia. Sin embargo cada señor, cada plebeyo y cada soldado que lo conocieron, pueden dar testimonio de su ingenio y de su maldad, y pueden señalar el peligro que encierra prestarle oídos a sus “delirios” áulicos. Así, en medio de grandes sucesos y pocos cambios significativos SIMPLICIUS vuelve a su tierra para llevar una vida sencilla sin oropeles, ni falsos juramentos, sólo él convertido en sí mismo, una gente sencilla preparada para una vida sencilla.
Notas [1] Para la elaboración de estas notas preliminares empleo la versión castellana, preparada por Manuel José González para la editorial REI México, Colección Letras Universales, Primera edición, México 1988.

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