BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2009
San Pedro Sula, Honduras. 01 de abril de 2009. La selección mexicana se enfrentó a su debacle en el verdadero templo de la perdición. No sólo combatió contra un formidable rival que fue más rápido y contundente, ante todo luchó internamente con la indisciplina, la insolencia y la estupidez de sus propios elementos. Si bien el arbitraje de CONCACAF sigue nefasto y la mar de errático a favor y en contra, y que los delanteros hondureños son proclives a la picardía de acomodarse jugadas con las manos, lo cierto es que la selección nacional de México jugó a no jugar con una ausencia septuplicada de inteligencia y creatividad que daba verdadera pena ajena. Esta vez ni el sueco Sven Goran Eriksson se salva de las pifias cometidas por sus pupilos y los cambios infructuosos que hizo para la segunda mitad del cotejo. Pero es cierto que las damas de sociedad atrapadas en cuerpos de hombre, que militan en la malhadada selección verde demostraron una vez más que no tienen garra, que no tiene ganas, que no tienen abuela...
Aquí Omarcito Bravo nos volvió a mostrar que es un inútil de la banda derecha, Salcido que es un cavernícola que sólo brilla por las escandalosas faltas que hace para provocar su expulsión, Nery Castillo que anda peligrosamente revolucionado, Guardado que no se entiende con Vuoso a quien ignoró flagrantemente en los pocos ataques a la meta hondureña, Ochoa que le siguen pesando los encuentros internacionales haciendo pifias que no hace en el torneo local, Pavel Pardo que está al borde de la jubilación, Vela que está tan inflado pero que en realidad es inoperante y falto de técnica, y así, etc, etc, etc.
Por su parte Honduras demostró inteligencia, fuerza y alegría futbolística, y hasta un envejecido y desmejorado Carlos Pavón demostró dominio técnico tanto en jugadas con balón y sin él, que le valió nada menos que el mejor gol de la noche. Costli por su parte mostró fortaleza fisica y gambeta, para constituirse en la pesadilla negra de la fragilísima defensa mexicana que se quedaba parada viendo como los arietes hondureños demolían la confianza mínima del portero Guillermo Ochoa.
Una diferencia significativa entre México y Honduras es el tiempo con el que juegan. México tiene prisa y hace todo mal. Honduras tiene pausa y rectifica, calibra y calcula la mejor opción de ataque, y todo esto combinado con velocidad y dominio de la técnica que hacen de sus avances una sólida resolución ofensiva. Honduras al jugar fútbol imprime ritmo, pausa, cadencia, sabor, color y textura, desde un parado táctico que parte de dos sólidas líneas defensivas que de golpe pueden convertirse en verdaderas catapultas del ataque catracho, a una velocidad sorprendente.
La selección mexicana está kaput. Lo sentimos mucho.
Y la desesperanza se convirtió en un grito silencioso de todooooos los aficionados del país, incluyendo el suyo claro.
ResponderBorrarAsí que cuando las cosas van tan mal debemos regresar a los inicios para poder saber que es lo que pasa con nuestra selección de futbol.
ResponderBorrarAntes de la conquista los jugadores mayas honraban a sus dioses con el juego de pelota hasta la muerte. (Juego de pelota – Pok ta pok) llegando a ser la principal forma de ocupación del tiempo de ocio y recreación.
Estos hombres eran seleccionados entre los mejores de la raza: debían ser fuertes, hábiles, agiles con cuerpos bien formados. Los encuentros duraban semanas. Lo interesante y extraño de todo era el trágico desenlace de los partidos de pelota.
El equipo ganador era premiado con la decapitación inmediata de los integrantes; el juego de pelota era considerado una ceremonia con significado religioso (Como menciona el libro sagrado de los mayas popol-vuh). Los perdedores humillados regresaban a sus aldeas con sus familias, cambiaban el sacrificio heroico y triunfal por una vida sin gloria.