viernes, agosto 08, 2008

LA NUEVA GUERRA EN EL CAUCÁSO

El flujo de información desde las principales agencias noticiosas es aún muy confuso. Pero los indicios revelan que Rusia ha desatado la guerra en contra de Georgia. A las 21:00 horas de la zona horaria de Beijing China, en que iniciaba oficialmente la apertura de la 29a edición de los Juegos Olímpicos (7:00 a.m en México), una caravana acorazada de tanques T-72 Zvezda 1/35 penetraron en territorio de Georgia, en la zona conocida como Osetia del Sur. Esta zona declaró en 1990 su independencia de Georgia en virtud de que un 80% de sus 87 mil habitantes son de orígen ruso. El gobierno central de Georgia ha respondido con dureza al movimiento separatista de Osetia y en más de una ocasión ha atacado esta región, con la desaprobación de Rusia, y ahora en este nuevo episodio el Estado ruso interviene directamente para desatar una guerra larga y definitiva. Pero Georgia comparte con Chechenia una añeja tradición de resistencia en contra de las invasiones rusas desde al menos el año 1764, aunque fue incorporada por Stalin a la Unión de Repúblicas Socialistas Sovieticas en 1920. Pero más tarde con la desintegración de la Unión Soviética en 1991, el regimen central soviético perdió control político de diversas regiones, Chechenia, Nagorno -Badashan, Nagorno Karabaj , Abjasia (Georgia), Kirovakán, Chimbay, Dagestán y otros, oficializando con ello la independencia y la constitución de estas regiones como naciones independientes. Volviendo al presente, Georgia ataca desde hace varias semanas con bombardeos a la ciudad de Tsjinvali, capital de Osetia del sur, y el jueves 06 de agosto de 2008 intensificó su asedio al corazón geográfico del movimiento separatista, con la desaprobación manifiesta de Rusia que ha optado por atacar directamente posiciones georgianas y con ello desatar la guerra total y frontal, justo en el inicio de los juegos olímpicos de Beijing 2008. El escenario inmediato que se cierne es de un incendio mayúsculo en el Caucáso, y dos motivos estratégicos salen a la luz desde la parte rusa: el predominio militar del mar negro y la explotación de sus riquísimas fuentes de petroleo. Los pronósticos son turbios de cualquier manera y puede convertirse en una guerra de magnitud 6 en la escala de Richardson, es decir, que puede provocar la muerte de cerca de un millón de personas.

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