lunes, junio 25, 2007

CORRECCIONES A ALVARO MUTIS




CORRECCIONES A ALVARO MUTIS


JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA

MÉXICO 2007.





Cada poema esparce sobre el mundo
migajas de agonía
silencio, hambre
tempestades de contingencia e ironía/


cada poema es un deseo no realizado
un futuro cancelado
un océano de sueños sin realizar
una lluvia de días que jamás llegaron/


cada poema es una despedida
y una renuncia anticipada
el mapa de una derrota
el guiño literario de la desdicha/


cada poema es la circunstancia de una partida
una misiva de adiós
el acta de defunción de lo que se ha ido
un alto en el camino del olvido/


cada poema nuevo es una mentira más sofisticada
el alegato de defensa para seguir/
un argumento de nada
artificio y orfebrería hueca de las palabras/


cada poema es una conspiración
una declaraciòn abierta de guerra
un esfuerzo inutil/


cada poema es un fantasma
que se repite una y otra vez
sin sentido, ni tiempo
en la frontera de lo imposible/


cada poema es un hijo muerto del poeta
vagando extraviado en la oscuridad
sólo y triste
desposeído y desamparado.../



cada poema es un testamento
de silencios
la heredad de las culpas
la guerra inacabada de los hijos contra los padres/

cada poema es en si una revolución truncada
un impulso detenido
la caricia que no fué
las amantes que no hemos tenido/

cada poema es del poeta
la medida de sus miserias
la medida de sus ausencias,
la medida de lo que nunca ha sido/


cada poema es del poeta
un perverso eterno retorno de su ego
muerte sin fin de su utopía
laberinto de la soledad
páramo de iniquidades
el espejo impóluto de su roto narcicismo.../


Jorge Antonio Díaz Miranda
México, 2007.





















miércoles, junio 20, 2007

FUGA Y EVANESCENCIA


FUGA Y EVANESCENCIA
EN LA FOTOGRAFIA FIGURATIVA DE AL-BUDHAHHIB

JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
(MÉXICO, JUNIO DE 2007)


En La filosofía del sentido común, Thomas Reid (1764:44-46) argumenta y con razón que el conocimiento es una forma especial de mirar, de sentir, y proyectar el mundo. La conjunción armónica de estas cualidades configuran la percepción, y ésta es la base del sentido común. La percepción –nos dice Reid- es una operación de recomposición y reordenamiento, de categorización, donde la imaginación y el intelecto se entrelazan para producir una sola melodía de colores, perspectivas, fondos, referencias y símbolos.


La constelación de polimorfismos, colores, fondos y perspectivas, que se deriva de las fotografías minimalistas de Al-Budhahhib propone una cartografía de territorios inusitados, ágape de crisálidas, murmullo policromo de alas y fulgurante emergencia de dragones. Una especie de palimpsesto donde la figura y el fondo están fusionados con posibilidad de alternancia dinámica, depende de donde se ubique primero la mirada: en la rama que se perfila, en la hebra de hierbas que se insinúa, en los pétalos de mármol, o en la nada que se desdibuja. Tal vez esos colores que hieren sutilmente la retina, obligan al ojo a calibrarse para dejarse guiar por el laberinto de guías encendidas, en rojo ígneo, negro, amarillo, magenta, contenidos en barcarolas trémulas que tiemblan sobre océanos primigenios.


En nuestros días, el orden de lo no visible es subversivo, porque otorga preeminencia a lo que no tiene forma, en el marco de un sistema no-lógico de relaciones simbólicas entre el estímulo físico, que desencadena una serie de respuestas químicas a través de la corteza cerebral desde la retina, y, las asociaciones inconscientes sensitivas o verbales que se activan desde la memoria y la emoción.


La sublimación es una fuga incesante hacia el polimorfismo, la percepción de lo evanescente es emoción e instinto (lo inconsciente), otra cosa muy distinta es la dimensión en la que se mueve quien observa y completa el triángulo en el que también se entrelazan la mirada y la interpretación. Quien mira a través de la iconografía figurativa que propone el fotógrafo, puede también abatir la frontera de lo finito a través de las posibilidades infinitas de su subjetividad, aunque el riesgo de un naufragio en mar abierto es altamente probable. La fotografía figurativa es, si cabe, una ventana donde se asoma nuestra propia oscuridad que se manifiesta como una especie de extrañeza, de desconcierto, de vértigo, porque no hay asideros espaciales o un claro indicio de los límites. La mirada no encuentra en que posarse, y la sensación de no comprender es similar a la que se tiene frente a las figuras de Rorschach, entonces la derrota del intelecto abre paso a la analogía y la metáfora: hadas y faunos revoloteando sobre el jardín de las delicias del Bosco, mariposas de fuego, furiosos ángeles que descienden sobre playas ardientes, odaliscas disecadas en la exhuberancia de bosques antiguos. Rosalind E. Krauss nos dice que hay una frontera tenue que divide el minimalismo, el arte figurativo y el surrealismo porque la plataforma común en la que se deslizan es el inconsciente óptico (1993:39), que deduce una imagen de su sinécdoque, de los contorno que se esbozan, del tiempo detenido en la fotografía; reivindicando la opacidad que se repite en un bucle interminable color-forma-configuración-polimorfismo-fondo.


La auto similitud es uno de los hallazgos más fascinantes de las matemáticas de nuestro tiempo, el precursor de este concepto fue el filósofo alemán Leibniz (Gleick, 1987:115), inspirado en la idea de que una gota de agua poseía en si todas las características del universo conocido, o sea, la parte contiene la imagen del todo. En las fotografías de Al-Budhahhib se deduce una forma lúdica de relación entre el todo y sus partes, una relación recursiva y cíclica, donde el color nos remite al fondo: los delicados y estilizados filamentos de vegetales encriptados nos hablan de un tiempo detenido, de una primavera que se ha marchado, de las huellas de una humedad que se anuncia en el estanque de colores mezclados por el misterio de los pétalos y la poesía de las oposiciones. Lynda Nead sugiere al respecto que las dimensiones resguardan imágenes a través de su metamorfosis en símbolos (1992:58).

La experiencia estética que nos propone Al-Budhahhib es en principio una conjunción de vértigo y sensualidad, la de los ángeles o dragones con formas femeninas elevados sobre un páramo de exhuberancia vegetal. La unión de luz y opacidad en estas imágenes insólitas de Al-Budhahhib, sugiere la coexistencia de la construcción y la destrucción, la serenidad y la furia, la delicadeza y la violencia (lo que se alude con el recio alambre metálico que traspasa la imagen y desarmoniza el conjunto). La conjunción es manifiesta, ante la ausencia de la dualidad luz-sombra y la delectación trashumante del artista por el hallazgo de un microcosmos mágico, quimérico y misterioso (Jodorowsky, 1996:81).

Bibliografía

Alejandro Jodorowsky (1996) Antología pánica, JM editores, México 1996.

James Gleick (1987) Chaos. Making a New Science. A Cardinal Book, England 1991.

Lynda Nead (1992) El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad. Trad. Carmen González. Tecnos, Colecc. Metropolis. Madrid 1998.

Rosalind E. Krauss (1993) El inconsciente óptico. Trad. José Miguel Esteban Cloquell. Tecnos colec. Metropolis. Madrid 1997.

Thomas Reid (1674), La filosofía del sentido común. Breve antología de textos de Thomas Reid. Versión castellana e introducción de José Hernández Prado. Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2000.

lunes, junio 18, 2007

JEAN 'TOOTS' THIELEMANS: LA VOZ DEL DEMONIO AZUL DENTRO DE UNA HARMÓNICA MÁGICA


JEAN 'TOOTS' THIELEMANS
LA VOZ DEL DEMONIO AZUL DENTRO DE UNA HARMÓNICA MÁGICA
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
(MÉXICO, 2007)
I

Curioseando en un estante de discos de una tienda de música de segundo uso, una tarde lluviosa de junio, encontré un disco extraño, de un músico insólito, de una casa editorial que en raras ocasiones como ésta se encuentra disponible. Capas de polvo almacenadas, un lugar inaccesible, y decenas de discos encima ocultaban éste tesoro discográfico, de un músico que esta cumpliendo cincuenta años de carrera artística dentro de la música Jazz.

Los adjetivos extraño, insólito y raro están plenamente justificados:

- Verve es una casa editorial que no tiene mucha difusión en el mercado de latinoamerica y llegan a éste muy pocos discos del amplio catalogo músical del extraodinario sello discográfico estadounidense especializado en la música Jazz de la primera mitad del siglo XX.

- Jean 'Toots' Thieleman es un músico insólito, que, ostenta de orígen un connubio de cualidades aparentemente paradójicas, nace en la ciudad de Bruselas Bélgica el año de 1922, posee una sólida formación musical clásica y romántica, y, sin embargo se decantó hacia el jazz con el dominio de un instrumento que primero y antes que nada es emblemático de la musica folk y principalmente de la música blues del sur profundo de los Estados Unidos (aunque su presencia es universal): la harmónica.

- One More Of The Road (Verve, 2006) es un disco sin precedentes por la variedad de estilos dentro del Jazz que nos muestra y por el hecho de que los artistas ahí reunidos son en su mayoría de orígen nórdico (V. Gr. Silje Nergaard, Trijntje Oosterhuis, Till Brônner, y el mismo Thielemans); que interpretan la música del no muy conocido compositor Harold Arlen, al que se asocian canciones que en su momento pusieron en voga gente como Frank Sinatra, Nat 'King' Cole o Judy Garland, pero justamente por este hecho la autoría de estas canciones sólo era conocido, en sentido estricto, en los circulos especializados artítiscos o académicos.


II

Los Kenningjaar constituyen el núcleo de la ríquisima mitología nórdica, donde los dioses del bosque, el relámpago y la oscuridad combaten por el control de los hombres, y el campo de batalla es el alma o los objetos que poseen esos hombres. En Auvernia los cronistas del siglo X describen los dioses que habitaban las armas, los yelmos, los escudos y los estándartes; y la música sútil que se alza en medio de la guerra, desde la tierra hasta el cielo, generada por los espíritus, seres sobrenaturales que dominan cuando los vientos de la tragedia soplan sobre los campos o las ciudades. Ataraxxia es la palabra que designa estados oscuros inducidos por la desesperación de los espíritus que ven con pesadumbre como se olvidan las épocas de su antiguo esplendor, melancolía en azul de la muerte y la sombra tenebrosa que se alza con voz triunfante sobre la derrota de los hombres.

Sin duda, entre las contribuciones más importantes llegadas desde los países nórdicos a la música Jazz, es la introducción de la Harmónica como instrumento preeminente, y todo el honor de esta contribución se debe a Thielemans, poseedor de un estilo profundo, emotivo, y reflexivo, que se despliega sobre el trasfondo de una paleta multicolor donde dominan la sobriedad y la sutileza, la sensualidad controlada, la expresión precisa, la tonalidad exacta que profundiza la experiencia de quien escucha: un demonio habita la harmónica de Jean, el demonio azul, la melancolía, así, el sonido que emerge, parece el mismo que hace el viento al rozar colinas inaccesibles, el de los murmullos de casas deshabitadas en medio de la desolación de pueblos abandonados, la plegaria de monjes contritos en rústicas iglesias visigodas, el ruido a media voz de amantes que se entregan en medio de la noche flotando sobre mares de sábanas al ritmo de la dulce brisa de abril, o, la llegada del viento del norte y el rugir apagado del Maelstrôm a los litorales y fiordos...

III
En todas las interpretaciones que conforman One More Of The Road hay una intención manifiesta: actualizar el sentido de canciones que surgieron en otro momento histórico a la luz de nuevos hallazgos y orientaciones, de artistas de la nueva generación que no desmerecen frente al gran Thielemans que los lleva de la mano en su tormenta controlada de afectos. Música que proviene de las décadas de posguerra, los 50`s, tristes tiempos en que la utopía de la paz perpetua diseñada por los aliados en Yalta es erradicada por la guerra fría y las sombras radiactivas que revolotean como buitres sobre las ciudades del mundo, que, por primera vez se enfrenta a la incertidumbre y la realidad de un exterminio total y definitivo de la especie humana. Esté lúgubre antecedente se proyecta en todas las naciones y su reflejo artístico es obstinadamente depresivo. Tal vez ninguna disquera como Verve ha reunido tantos registros de esa época oscura (a la postre, tal vez Motown con sus artistas negros de soul que conjuntan reverencia religiosa con la sexualidad explícita), en que el Jazz se vuelve caótico, desesperanzado y a la vez diverso y hermoso. En One More Of The Road hay nostalgia por esa época que se ha esfumado; ronda entre sus tonos y voces la desilusión y el desencanto de los Jazzmen a finales de los 50`s, cuando la escena en la que se desenvuelven comienza a decaer, tal y como lo retrata Julio Cortázar en su cuento El Perseguidor; ronda la desesperación y el alcoholismo, la bohemia desmesurada, el arte y la locura, el cabaret, los amores imposibles y el desconsuelo a la altura de una Dina Washington, una Sara Vaughan, una Ella Fitzgerald o bien el canto estridente de un Joe 'papa' Turner.
IV
Last Night When We Were Young, es por mucho la canción que logra armonizar la esplendida voz de Siljee Nergaard y la harmónica de Thielemans, con el acompañamiento a cargo de un elegante y punteado piano cuya ejecución corresponde a Hans Vroomans, y, el bajo, ligero y terso de Ruud Jacobs. El motif de la composición tiene reminiscencia heraclíteana y no por pedantería sino más bien para subrayar la angustia por el paso del tiempo y las huellas que deja su paso en el alma y la piel. Cada noche se lleva consigo la magia de la música, del amor, de la pasión, de las ilusiones; y a la mañana siguiente–lamenta Nergaard- el mundo será viejo y gris. La resonancia por la felicidad que se marcha tiene un dejo de desdicha, de inquietud, de algo siniestro que silenciosamente se aproxima. Una sensación perenne de veleidad y furores al límite es lo que resta después de la celebración hedonista, pero el peso de su posterior ausencia será perdurable, algo de nosotros se ha ido con eso que se fue y por eso somos de algún modo menos dichosos. En este punto la harmónica de Tielemans, con sus tonalidades agudas y prolongadas hace eco del dolor por el paso de la vida, o el fin de los mejores años, el cambio de épocas en que se gradualmente se van desechando las utopías. Se trata de una composición de pura nostalgia. Tal vez la intención de Harold Arlen era mostrar su extravío ante una época que cambió vertiginosamente presionada por el progreso, la guerra y la tecnología; tal vez nos quiso hablar de esa sensación de malestar posmoderno después de que toda una generación de posguerra perdió su naturalidad y sus creencias: last night when we were young/ Love was a star…/Life was so new, so real so right/ Ages ago last night.
Jorge Antonio Díaz Miranda
México, junio de 2007.

miércoles, junio 13, 2007

TANGO DE ANDRÉS CALAMARO



Fotografía de Andreas Kinter, 2007, Publicado en la pageweb: http://www.fotocommunity.de/pc/pc/display/9081052

JUGAR CON FUEGO

Aunque el querido y bien amado salmón ha estado mudando su estilo a las baladitas pop intrascendentes y el tango de los lugares comunes, y ello, con una manifiesta intención comercial, la obra artística-musical de Andrés Calamaro sigue vigente y constituye, una veta aún inexplorada por nuestros roqueritos mexicas que no lo conocen, aunque hayan participado en un desopilante tributo (burdo, satiríco y grotesco), que para nada favoreció las canciones del insigne (V. Gr. la infausta Julieta Venegas).

Punto y aparte, éste espacio quiere rescatar el texto de la canción Jugar con fuego, como un pequeño y merecido homenaje a quien a lo largo del tiempo, se ha sostenido en una propuesta innovadora, contestataria, de amplio alcance, rica e inagotable. Sólo espero que El Palacio de las Flores no sea más que una veleidad pasajera y no el inicio de la decadencia de nuestro procer artístico. ¡Eh Andrés¡ aqui en México tenés admiradores que se interesan por lo que dice un tipo como tú, que ha permanecido en el aguante del autoexilio o bajo las montañas de mierda de los peninsulares elitistas o los esbirros de la dictadura tipo ESMA. Con todo respeto para ti, he decidido unilateralmente subir a mi blog la letra de tu tango malevo y barriobajeño, acompañado de una muy sugerente imagen cuya autoría corresponde al colega aléman Andreas Kinter. Gracias por existir Andrés, ciao.


Por último, Dedico el espirítu de esta canción, a la incipiente diva-cantante-sofisticated Lady de Jazz, Emilia Badaracco, y al no menos virtuoso pianista David Pineda, por el extraordinario mini concierto que nos ofrecieron en la hermosa y acogedora sede de la Escuela Superior de Música, dentro del 29 festival de Jazz ESM, el viernes 8 de junio de 2007. Espero que en algun momento vean este portal..

atte. Jorge Antonio Díaz Miranda, México, junio de 2007.

Jugar con Fuego*

Yo tengo cuatro claveles
uno por cada motivo
el encuentro, tu mirada
mi secreto, nuestro olvido/

estoy jugando con fuego
y en la yema de los dedos
tengo el tacto de los días
tengo el tacto de las noches
tengo el tacto de los dos/

es inmoral sentirse mal
por haber querido tanto
debería estar prohibido
haber vivido
y no haber amado
por eso tírame un beso
que sigo preso
de nuestro encierro
jugar con fuego/

si me quedé sin aliento
y no pude dar contigo
va a venir la noche negra
para quedarse conmigo/

porque jugando con fuego
puede ser que se lastime
puede ser que se lastime
puede ser que sufra un poco
y nos quememos los dos/

es inmoral sentirse mal
por haber querido tanto
debería estar prohibido
haber vivido
y no haber amado
por eso tirame un hueso que sigo preso
de nuestro encierro
jugar con fuego/

estás jugando con fuego
por un tanto así/

y muy juntitos los dos
para vos, reina/


*Canción incluida en el disco Honestidad Brutal, 1999
WEA.

lunes, junio 11, 2007

MIRADA CRITICA A LA OBRA DE JUAN RULFO: APROXIMACIONES


MIRADA CRITICA A LA OBRA DE JUAN RULFO

(versión preliminar)


JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
(México, Junio de 2007)



[¿pero qué clase de herencia es esta?
grietas, arroyos secos,
ni una sombra de árbol,
ni una semilla de árbol,
ni una raíz de nada...]



Nota metodológica y marco de teoría

El presente estudio crítico, en su fase preliminar, tiene como base la hermenéutica y la crítica literaria de la Escuela de Constanza, pues ambas orientaciones introducen como dimensiones analíticas el acto de la lectura y el lector implícito, para subrayar el carácter comunicativo y el papel de recreación del texto literario. La noción de comunicación tiene un origen conocido, la teoría matemática de Shannon, pero su aplicación a la lingüística y a la critica literaria en particular se debe a Roman Jakobson y al círculo de Praga, de hecho esta escuela, sienta las premisas para un análisis estructural de la recepción de la obra literaria por parte del lector, proceso donde la obra literaria se modifica, se recrea y se compara con circunstancias culturales e históricas del lector. Bajo estas líneas de sentido analítico y metodológico el trabajo que se presenta se inspira en última instancia en la contribución de Jorge Zepeda con su monumental estudio sobre la recepción inicial de Pedro Páramo del que se desprenden consideraciones etnográficas, culturales, sociales y políticas del México posrevolucionario; por otro lado encuentra en el desconcierto y rechazo de escritores e intelectuales de la época las premisas para caracterizar la obra de Rulfo en cuanto a innovación estilística, construcción literaria y expresión poética.

El inefable mundo de los escritores

Alberto Vital (ver bibliografía al final) supone que el mundo de los escritores viene a ser por su misma naturaleza (sensible e impredecible), vasto y desafiante, que reclama “voluntad, lucidez, perspicacia y paciencia” (p. XI) ante las tensiones psíquicas y sociales que estigmatizan, circunscriben o determinan su sentido. Realista o imaginaria la obra narrativa de todas formas suele ser, del escritor, una síntesis de su historia personal y de la historia que como parte de una sociedad comparte con muchos otros. La diferencia entre el ciudadano común y el artífice es, que los hechos impactan en este último de forma violenta erradicando sus creencias y su propia identidad. El método habitual de conciliación y pacificación psicológica que denominamos adaptación consiste, en el caso específico de escritores testigos de la transición de dos épocas, en una especie de esquizofrenia donde no se distingue lo real de lo imaginario y en su re nacimiento dentro de un mundo lleno de presagios y símbolos, magia y terror. El encuentro de opuestos engendra literatura o locura, sueños o premoniciones, vigilia o deja vù. Umbreto Eco nos señala a este respecto que existen algunos sueños que son escritura y muchas escritos que son sueños. La escisión racional entre ficción y realidad parte del supuesto de que podemos apelar a la objetividad para validar las impresiones que nos llegan del mundo, sin embargo este supuesto falla porque se fundamenta en una teoría simple que supone la subjetividad como un espejo donde el reflejo de la realidad es preciso y causal. En el caso de un escritor como Juan Rulfo, la narrativa registra desde la ficción la oscuridad de la realidad, y desde la técnica no lineal de su forma de escribir, sedimentos, fragmentos y resquicios recogidos aquí y allá en el breve mundo arrasado en que creció y se desarrolló en su temprana edad. Pero aún más, el caso Juan Rulfo nos permite suponer que toda obra literaria posee dentro de sí, implícita o explícita la biografía de su autor, su memoria, sus impresiones y el complejo conjunto de relaciones que estableció a lo largo de su vida con sus semejantes y las sensaciones que esos imprimieron en él. A Juan Rulfo la literatura le permitió fundar un espacio legitimo para discutir los problemas de su tiempo desde una diversidad de ángulos distintos, el arte fue utilizado por él como el imperativo de observación para contrastar la vida a partir de la muerte, de la soledad, del abandono, de la guerra, del amor, del pecado y de la resignación: “…usted ha de decir que sigo dando vueltas sobre la misma idea…y tiene razón…”.

Los cometarios sobre la Obra de Juan Rulfo: biografía e historia de un escritor oscuro

Las sutiles disquisiciones, las múltiples interpretaciones de su obra, biografías, estudios, reseñas, conferencias y ponencias que día a día se acumulan, tienen en común dificultades para su interpretación al comentar de una forma incoherente los motivos, intenciones y sucesos singulares que llevaron a este escritor jalisciense a producir desde el abismo de su silencio una narrativa que alude de forma central a la invención de una nada vital que se mueve desde la sombra y el murmullo en dirección a la oscuridad.

En honor a esta forma insólita de ejercer el oficio de la creación literaria Juan José Arreola caracterizará el estilo rulfiano como una practica sistemática de la mentira presentada como literatura fantástica. Se trata una suma plurisecular de vivencias y conocimientos que tienen como marco de referencia el turbulento clima posrevolucionario en el bajío profundo y conservador de México. Los acontecimientos históricos que convulsionan el orden establecido de sociedades tradicionales suelen dejar marcas profundas y a menudo destruir para siempre el mundo conocido; tales acontecimientos como las guerras, el hambre, la peste, y otros grandes males suelen imponer creencias y formas de expresión entre los sujetos que van trasmitiéndose de generación en generación hasta fundar una tradición oral donde el pasado se conserva como una leyenda sombría y los detalles reales se mezclan con presagios, conjuros y símbolos mágicos. Si a lo anterior agregamos la superstición de un pensamiento religioso tendremos como resultado la configuración de un poderoso mecanismo de defensa con el que las sociedades se defienden de lo nuevo o lo que se sale de la tradición. El fracaso Histórico de la Revolución Mexicana de 1910 en el estado de Jalisco sentó un precedente amargo, consistente en pueblos arrasados, desvencijados, despoblados, grandes extensiones de tierras yermas, montañas oscuras que alojaban bandas de forajidos, haciendas destruidas, iglesias saqueadas, familias destrozadas. En este último rubro la familia nuclear de Juan Rulfo no fue en ningún sentido la excepción, su padre Juan Nepomuceno, heredero de hacendados, luchaba en 1923 por mantener a su familia en medio de una crisis económica que amenazaba con la ruina, la enfermedad de sus hijos, y los problemas de demarcación territorial, además de la urgencia de obtener dinero para sufragar deudas, ocupaban todo su tiempo. La disputa por la tierra (uno de los temas fundacionales de la obra de Rulfo) constituía para Juan Nepomuceno una carga central en medio del conjunto de tribulaciones cotidianas con las que combatía, y sería a la postre, de acuerdo al registro epistolar de la familia, la causa de su asesinato a manos de mercenarios contratados especialmente para tal efecto. Una vez encontrado el cuerpo, éste es trasportado a la hacienda familiar a donde llega por la noche rodeado por un mar de antorchas que son utilizadas para iluminar el camino. Desde lejos la caravana fúnebre semeja a un incendio de un gran llano y así lo recuerda Severiano, hermano mayor de Juan Rulfo. La elaboración posterior de este recuerdo parece explicar convincentemente el título de una de sus obras más importantes, la colección de cuentos reunidos bajo el alegórico título El llano en llamas.

La ruptura y la síntesis

La síntesis dialéctica de un estilo es generada por tensiones, contrariedades y desencuentros que jalonan a los sujetos a reaccionar de cierta manera y no de otra en una especie de perverso determinismo en que la participación de la conciencia o el intelecto se reduce al mínimo a favor de una oscura maquinación. Juan Rulfo significó para su tiempo, entre otras cosas, la ruptura, el fin de una época, la transición dolorosa y desnaturalizada, el extravío y la confusión, la atemporalidad y el apego a los murmullos, el canto del cisne de un mundo desaparecido que se resiste a naufragar en el olvido. El recurso de los ecos como una circularidad engendrada dentro de una visión cerrada, rígida, fatal y pesimista. Rulfo entrelaza los murmullos en un largo epitafio signado por la inconformidad, la irreverencia, la ira y la resignación, es decir el calvario conductual que siguen los moribundos antes de aceptar su aniquilación: la muerte misma es un efecto que tiene orígenes oscuros en causas poco eficientes. Rulfo nos invita a mirar y a escuchar, a través de su narrativa y de su monumental obra fotográfica, un mundo mágico de efectos sin causa, del discurrir del tiempo que en realidad es el fragmento de una historia truncada, un lugar sin lugar, una voz que no es una voz, palabras que se confunden con el viento en su paso por casas derruidas, hierbas, y rocas; mundos inverosímiles donde alguien dijo nada sobre algo, y algo no dice nada de alguien. Rulfo sostiene su narrativa con un colage desordenado de sucesos dentro de una secuencia de fragmentos que sugiere todo el tiempo desolación, vacío, remordimientos, zozobra y una profunda desesperanza.

En este punto me parece conveniente prevenir al lector que, el trillado camino del análisis freudiano y sus formas inductivistas de razonar no nos llevará más allá de re actualizar los mitos del eterno retorno, Edipo Rey, la culpa y la búsqueda del castigo; que las construcciones psicoanalíticas aplicadas arbitrariamente al campo de la creación literaria abusan sobremanera del recurso injustificado de generalización de las ideas y mistificaciones grecolatinas. Si cabe alguna etiqueta en la obra de Rulfo es la del testimonio genialmente fallido de una nueva época abortada, de un mundo que no fue, de una gente que nunca logró nada: la condena y el estigma de no crecer a partir de una revolución sostenida por una sociedad retrograda y contradictoria. Evodio Escalante define así el mundo de los Altos de Jalisco que constituye el tinglado en que procede y opera el mundo de Rulfo: “la remisión de un mundo campesino, refractario al progreso, que se ciñe por encima de todo a sus tradiciones y creencias ancestrales…(p. XXVII)”. Es decir un mundo donde los ancestros siguen hablando a través de sus herederos, un mundo que ha de desmoronarse por la muerte, la pérdida de la memoria colectiva y el olvido. Lo que se recoge, lo que se registra, lo que en última instancia ha de quedar rubricado es la descripción arqueológica de un mundo desaparecido, que ha sido barrido y borrado por la historia. El narrador, intuyendo el inminente vacío que presupone el olvido, desea preservar desde la creación literaria la memoria de ese mundo. La desolación de estos parajes grises en el relato Rulfiano pretende indicarnos un proceso de migración, muerte y transfiguración de los símbolos. Metafóricamente hablando, los relatos literarios derivados de esta transición entre generaciones, describen una playa de huesos pulverizados y la fetidez sutil de aguas muertas donde la tragedia se muestra en su contundente escenario.

La cortina difusa entre realidad y fantasía

El paso de la fantasía a la magia es una operación narrativa compleja en el que el pensamiento religioso de Rulfo opera en múltiples sentidos desde el sinsentido. La pretensión del cristianismo como una religión universal encuentra en Rulfo su claudicación para hacerse más humilde y situarse en el nivel de una decisión ontológica, individual y subjetiva. Cada paso en el camino hacia la oscuridad, encuentra como señal el remordimiento y la terrible certeza que enloquece, en un desenlace semejante al del Cristo crucificado en el cedro, tras rebelarse, en su cerebro moribundo, la terrible visión del humo y la ceniza de una divinidad inexistente:
Rezaste y no obtuviste consuelo,
la tierra que prometieron era estéril,
los hijos crecieron aferrándose de raíces muertas,
y hoy caminan en las sombras
buscando en las cosas inertes el sentido de la ausencia


No obstante la inexistencia de Dios, los rezos, las imágenes y los ritos sobre los misterios de la divinidad seguirán posponiendo el viaje a la soledad: “En Comala todo el mundo habla de DIOS, del cielo, del infierno…”, Pero Comala es el infierno sobre la tierra, la evidencia contundente de la impiedad de Dios, el producto de su ira extraviada. Todo se origina de la nada y todo regresa a la nada.


Bibliografía

Acuña Manuel (1902) Poesía reunida, Letras Mexicanas, México, 1934.
Ascensio Juan (2005) Un extraño en la tierra. Biografía no autorizada de Juan Rulfo, Random House Mondadori, Colección Debate, México 2005.
Bradu Fabienne (2000) Murmullos de Pedro Páramo, IIFL-UNAM, México 2000.
Carusso Igor (1972) La separación de los amantes, Buenos Aires 1972.
Dios Peza Juan De (1931) “Manuel Acuña íntimo”, Cuadernos de la SEP, México 1968.
Freud Sigmund (1915) “Trauer und melancholie”,
Gadamer Hâns (1997) Verdad y Método,
Ricoeur Paul (1989) Teoría de la Interpretación, Trad. Alberto L. Bixio, edit. Fontanamara, Barcelona 1989.
Gorostiza José (1956) Muerte sin fin, Letras Mexicanas-FCE, México 1972.
Jankélévitch Vladimir (1977) La muerte, Trad. Manuel Arranz, Pre-Textos, Barcelona España, 2002.
Othon Manuel José (1902) Poemas Rústicos, edición facsimilar.
Romero José Ruben (1931) Anticipación a mi muerte, Edición del autor, México 1931.
Rulfo Juan, 1918-1986 Toda la obra. Juan Rulfo edit. Crítica Claude Fell y otros.
México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 1ª edición México 1992.
Rulfo Juan (2002) El llano en llamas, Letras Hispánicas, España 2002.
Rulfo Juan (2002) Pedro Páramo, Letras Hispánicas, España 2002.
Vital Alberto (2002) Noticias sobre Juan Rulfo, 1784-2003, IIFIL-UNAM, México:2003.
Zepeda Jorge (2005) La recepción inicial de Pedro Páramo (1955-1963), Fundación Juan Rulfo_Editorial RM, México 2005.
EN CONSTRUCCIÓN

viernes, junio 08, 2007

GUERRERO ERRANTE




GUERRERO ERRANTE

Con humildad, dedicado a Antonius Block, el guerrero oscuro,

protagonista de Det Sjunde Inseglet (El séptimo sello, Ingmar Bergman, 1957).


Vengo de mis oscuras soledades/
y tornaré a ellas, desamparado y triste/
a brega intensa, tres leguas de agonía/
y la tierra yerma a mis pies, derrotada y muerta/

De cómo he llegado a sentir desolación/
los besos envenenados de la oscuridad tienen su aporte/
el silencio y la desesperación/
el frío de una voz que se vuelve contra mi/
y el fragor de guerra que me alcanza/

anunciando ruina y enfermedad/

Es mi voz la que canta de profundis laudeo/
desde los abismos desesperados/

donde un sol negro calcina sin piedad/
mi rústica morada, la cuna de mi vida/

Y ya no llegará más el consuelo/
sólo los ecos de las risotadas/
que crecen en altivez cuando humillan/
y se inflaman de estupidez cuando se callan/

A pesar de mi muerte/

la vida seguira/

mientras exista un niño que la sueñe/
y un corazón nuevo que sienta su presencia/

pues en todo cuanto nace reside la magia del destino/

viernes, junio 01, 2007

BERENICE

BERENICE
En la penumbra de la alcoba
tu voz sibilante me provoca,
en la oscuridad mis manos se juntan con tus manos
en una misma plegaria, en un mismo deseo,
húmedad de mar y transpiración agitada,
Bajo mi cuerpo violento
tu vientre cálido,
nuestros labios, nuestra mirada
se reúnen ahi
desde la turbulencia de las sombras,
El velo de la noche
el reino de los sueños
enfrascados los cuerpos
en la sutil danza de la muerte,
Berenice es la revelación del cuerpo a través de los sentidos
el asalto
la guerra
para imponer el deseo propio
para trasgredir
y romperse la madre
girando en remolino,
Tu gruta márina de espasmos
tus senos calientes
tu húmedad
tu cuerpo breve
la tensión de tus piernas
tus ganas de olvido
mi impotencia
mi rabia
mi desesperación
mi olvido,
Pero qué importa el después
si ahorita poseo tu culo
si tus senos se ofrecen a mis labios
si tu vulva me aloja
si encuentro mi reflejo en tus ojos...
que importa
si tus labios me besan
si tu cabello me acaricia
si el suculento bocado de tu juventud
acaba conmigo.
Advertencia a mis hipotéticas lectoras: La imágenes recogidas aqui no son reales en el sentido de haber sucedido recientemente, es un ejercicio que si se quiere, aglutina las imagenes de algunas mujeres que he conocido, todas en uno como el aceite tres en uno. Pero antes que todo, debo decir que, escribir es un ejercicio sobre el cual no hay límites o restricciones, el autor puede escribir lo que quiera, cuando quiera y presentar las imagénes como mejor le parezcan. No hay aqui la doble intencionalidad del discurso que pregonaban los escolásticos, tampoco la forzoza correlación con la realidad como lo pregonan los materialistas, y menos aún el intento de una conspiración como lo pregonan los adlátares de la filosofía de la sospecha. Si hay, y en abundancia, ficción y deseo que se conjuntan en el intento de crear desde la emotividad, imagenes sensibles apartir de imágenes como el de la chica con el torso desnudo, cuya autoría corresponde a Ramiro Cuellar. Ya se lo que vendrá después, acusaciones de misoginia, machismo, infidelidad, escenas de celos, gritos, lágrimas, arranques de histeria, malos entendidos, etc, etc. Una disculpa anticipada por mi atrevimiento. Pero los pastelillos tambien pueden ser preparados por el autor, con la receta que mejor le plazca, evocando para si el connubio del goce y el sacrosanto onanismo: como el gran masturbador el escritor debe asumir para si la responsabilidad de su goce y dejar a un lado las molestas consideraciones a priori de los otros. Aqui, que aviente la primera piedra el sujeto que no le haya pasado por la mente, mientras hace el amor el deseo de estar en otro lado, con otra o con otro.
atte.
Jorge Antonio Díaz Miranda
01 de junio de 2007