BATTLE IN SEATTLE

BATTLE IN SEATTLE

A FILM OF STUART TOWNSEND

By Jorge Antonio Díaz Miranda

Junio 2014

Pocas películas han logrado,  documentar, sin exageraciones ni chantajes políticamente correctos,  la represión policiaca como lo ha logrado Battle in Seatle del director Stuart Towsend. Se trata de una película de época, caracterización que denota actualidad y transición en tiempo real. La protesta antiglobalización logra conjuntar un movimiento amplio que en todo el mundo se manifiesta a partir de la década de los noventa, como preludio a los combativos OccupyMovement, Primavera Árabe e Indignados, que hoy se replican en casi todos los rincones del planeta, con una reivindicación  de justicia, igualdad, derechos civiles y democracia. Recordemos que las protestas antiglobalización de Seatle y Genova toma como blanco las reuniones de la Organización Mundial de Comercio, y es una respuesta pública contra los ajustes estructurales, el empobrecimiento general y el cierre de las opciones institucionales para el futuro de generaciones que previeron entre otras cosas, el recrudecimiento de las crisis del sistema financiero y su conexión más que implicativa con la crisis ambiental, alimentaria, hidrológica, energética. A partir del innegable éxito  logístico de los organizadores de las protestas antiglobalización, los servicios secretos de Estados Unidos, Cánada, los países miembros de la OTAN y los del emergente BRIC (Brasil, India, Rusia y China) se dan a la tarea de seguir mediante acciones de inteligencia las actividades y reuniones, reclasificados como indeseables y subversivos con un énfasis tal equiparable a terroristas. El perfil de estas protestas incorporaba elementos tecnológicos como la internet y canales de información encriptados que facilitaron la comunicación y la coordinación a distancia. La respuesta de los Estados fue de una represión policial inaudita, y de persecución judicial con encarcelamiento extrajudicial y procesos amañados. La película recoge con realismo esta parte de la resistencia moderna, lo que permite un atisbo del nivel de locura y paranoia que ronda en las esferas del poder, y el poco seso que los agentes de la ley emplean en reprimir a masas organizadas.