Reproducción sin afán de lucro
sólo con fines humorísticos
(RATATUILLE, perdón)
¿Quiénes
son los mayores corruptores de México?… Los partidos políticos, los
legisladores, el Poder Judicial y los servidores públicos. En este país, todas
las licitaciones del Estado están sometidas a la corrupción del Gobernador en
turno y sus funcionarios. La corrupción, ese mal endémico de México, se
extiende como un cáncer por todo el país. Desde el nivel más alto al más bajo,
está presente en todas las oficinas gubernamentales, judiciales, policiales.
Para que exista, la corrupción necesita un corruptor y un corrompido. No sólo
es corrupto quien exige una componenda a cambio de un servicio, sino quien está
dispuesto a participar en esa transacción que a veces es clandestina; otras
más, descaradamente visible. Corrompe el agente de tránsito que pide mordida,
pero también el que le paga para evitar una multa; corrompe el líder sindical
para no dar aumento a los trabajadores, pero también el empresario charro que
está dispuesto a darle eso que por ley le corresponde a sus obreros; corrompe
el funcionario público que exige un 15 por ciento de comisión a cambio del
contrato gubernamental, pero también el empresario que prefiere pagar cualquier
precio a cambio de tener un jugoso contrato del Estado; corrompe el funcionario
menor para acelerar un trámite, pero también quien paga para no esperar el
tiempo reglamentario; corrompe el gobierno que esta dispuesto a silenciar a la
prensa, pero también el periodista que acepta componendas a cambio de vender su
pluma… El último Barómetro de la Corrupción Global 2013 realizado por
Transparencia Internacional (TI) resulta vergonzoso porque coloca a México en
el segundo lugar mundial de corrupción; el primero lo tiene Argentina y el
tercero Venezuela. En este tremendo segundo lugar, la encuesta del TI es
reveladora: el 91 por ciento de los mexicanos consideró que los partidos
políticos están sumidos en la corrupción, seguidos por un 90 por ciento que
piensa lo mismo de las policías y un 87 por ciento de los funcionarios
públicos. Luego le sigue el Poder Legislativo y el Judicial con un 83 y 80 por
ciento respectivamente. Revelador resulta encontrar que entre los entes peor
valorados en cuanto a honestidad están los medios de comunicación. Los
mexicanos consideran muy corrupta a la prensa con el 55 por ciento, algo digno
de analizar por los periodistas. Los multimillonarios contratos gubernamentales
de la llamada “publicidad” entregados a manos llenas a los medios de
comunicación se perciben también como métodos que se prestan a la corrupción.
¿Hasta dónde este dinero es para pagar publicidad y no para pagar silencios o
propaganda? El Barómetro Global de la Corrupción elaborado por Transparencia
Internacional tiene las respuestas de 114.270 personas en 107 países y destaca
el hecho de que los mexicanos considera a los “hombres de negocios” muy
corruptos con el 51 por ciento. Esta es la única encuesta mundial de opinión
pública que releva las perspectivas y experiencias relacionadas con la
corrupción y el 52 por ciento de los mexicanos considere que en los dos últimos
años la corrupción ha aumentado considerablemente y más aún, que un 79 por
ciento crea que es un problema muy serio que afecta al país. Pero esto no
parece importarle a nuestros legisladores quienes tienen detenida desde hace
nueve meses la creación de una Comisión Anticorrupción que no ha obtenido el
consenso suficiente para su aprobación. Enrique Peña Nieto, como Presidente
electo, propuso la creación de esta comisión que en el fondo es pura
simulación, ya que no podrá emprender acciones penales contra los funcionarios
corruptos, sólo administrativas. Peor aún, el Ejecutivo quiere que la comisión
dependa de la Procuraduría General de la República (PGR) algo que evidentemente
coarta su esquema de acción. Es necesario dividir el monopolio de la acción
penal. Ya sabemos en qué condiciones se encuentra el corrupto Ministerio
Público y para ello se requiere una reformar de todo el sistema constitucional.
¿Estará dispuesto a crear una verdadera Fiscalía Anticorrupción el gobierno de
Peña Nieto para sancionar a los propios priístas corruptos de su gobierno? Lo
dudo. ¿Quién sería el titular de esta fiscalía? Seguramente alguien propuesto
por el gobierno, pero ratificado por el Senado, cuando en realidad debería ser
nombrado directamente por el Senado sin el dedazo del Presidente en turno.
¿Aceptará el PRI de Peña Nieto que la Comisión Anticorrupción este dividida en
tres estamentos con facultades de investigación y persecución de servidores
públicos e incluso particulares como los empresarios contratistas que incurran
en actividades ilegales como la entrega de sobornos en los tres niveles de
gobierno? Difícil de creer que será el propio PRI, con su larga historia de
corrupción, el que este dispuesto a poner candados y sanciones penales a sus
funcionarios, políticos, legisladores, senadores, jueces, ministerios, policías
y demás integrantes del Estado. ¿Y cuál será el lema del “nuevo” PRI?… ¿“Di no
a la corrupción o la corrupción somos todos”… frase emanada de los excesos y
las malversaciones del gobierno de José López Portillo que aún perdura en las
filas y los gobiernos del tricolor?…
Tomado de http://www.sinembargo.mx/opinion/15-07-2013/15946
Tomado de http://www.sinembargo.mx/opinion/15-07-2013/15946
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