UN INSTANTE
Jorge Antonio Días Miranda
agosto 2013
Me das un
faso y te alejas. Yo quedo acostado. Tú vas a la ducha. Un instante, madrugada es.
Me llega el rumor de tus murmullos.
Allá fuera la luna alta, el golpe incesante del oleaje, el ascenso de la marea, el viento.
Aquí entre las sabanas mi falo húmedo de ti, mi respiración aún entrecortada.
A veces, por breves momentos me quedo dormido y despierto y sueño contigo y algo se agita en mi con la canción del alba que aún no llega pero está cerca.
Siento el roce agitado de tus pechos tibios y la caricia de tu cabello: golpe de espuma que me eleva. Tu culo sobre mi lengua, tu sexo en flor, el pubis que se agita sobre mi pecho y luego el estallido de una estrella herida de pequeñas muertes. Tu grito feroz…
Pero Despierto y escucho que el agua cae del grifo. El vapor sale de la habitación. Tu cabello húmedo. Tu boca de licor.
Me mirás con una extraña ternura. Algo decís sobre hacer el desayuno. Yo te digo que sí.
Abro los ojos y venís a mí con un racimo de uvas, una tarta de queso y un tempranillo que huele a madera. Todavía andás desnuda.
El vino en tus labios después del beso ardiente. Otro trago más tomado directamente de tus labios...
Y quiero más de ti.
Quiero volver a montarte. Voltear tu cuerpo y tomarte con violencia… golpe de ola en la mañana nublada, después de la tormenta de trópico sensual.
En el fragor de los besos me decís "mi vida" y yo "gatita", te volvés y besas mi pecho hasta sacarme de mí.
¡Que redención tan dulce. Tan tibia. Con la dulzura de tu boca asediando mis labios que se derriten en el fuego de su golpe de ola¡, un instante¡
Me llega el rumor de tus murmullos.
Allá fuera la luna alta, el golpe incesante del oleaje, el ascenso de la marea, el viento.
Aquí entre las sabanas mi falo húmedo de ti, mi respiración aún entrecortada.
A veces, por breves momentos me quedo dormido y despierto y sueño contigo y algo se agita en mi con la canción del alba que aún no llega pero está cerca.
Siento el roce agitado de tus pechos tibios y la caricia de tu cabello: golpe de espuma que me eleva. Tu culo sobre mi lengua, tu sexo en flor, el pubis que se agita sobre mi pecho y luego el estallido de una estrella herida de pequeñas muertes. Tu grito feroz…
Pero Despierto y escucho que el agua cae del grifo. El vapor sale de la habitación. Tu cabello húmedo. Tu boca de licor.
Me mirás con una extraña ternura. Algo decís sobre hacer el desayuno. Yo te digo que sí.
Abro los ojos y venís a mí con un racimo de uvas, una tarta de queso y un tempranillo que huele a madera. Todavía andás desnuda.
El vino en tus labios después del beso ardiente. Otro trago más tomado directamente de tus labios...
Y quiero más de ti.
Quiero volver a montarte. Voltear tu cuerpo y tomarte con violencia… golpe de ola en la mañana nublada, después de la tormenta de trópico sensual.
En el fragor de los besos me decís "mi vida" y yo "gatita", te volvés y besas mi pecho hasta sacarme de mí.
¡Que redención tan dulce. Tan tibia. Con la dulzura de tu boca asediando mis labios que se derriten en el fuego de su golpe de ola¡, un instante¡
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