jueves, junio 13, 2013

VENUTO AL MONDO


Una historia de amor en Sarajevo, en los tiempos turbulentos de la desintegración de Yugoslavia, es algo superlativo. Una situación que se antoja irreal aún cuando los furores de la carne nos alejan por un segundo de la sombra de la muerte. Como suele suceder en medio de la hecatombe hay muchas historias entrelazadas a distintas perspectivas que hacen imposible el reconocimiento de las tensiones morales, de los límites, de lo que es normal y lo que sale fuera de toda dimensión común...como era de esperarse las actuaciones son intensas, así como la historia, los diálogos y los matices, condimentados con música de Nirvana y la loca saga de artistas que tratan de trascender la locura que los rodea, que los ata, que los esclaviza en la miseria, los detiene para destruirlos uno a uno. A más de veinte años de la guerra en la ex Yugoslavia, el imaginario artístico de Europa sigue produciendo aceptables retrospectivas cinematográficas. La dirección de Margareth Mazzantini parece llamarnos la atención sobre las decisiones que se entrelazan con el futuro y que no pierden ni su sentido ni su vigencia en el reclamo final de los afectos.             



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