CASO ELBA ESTHER GORDILLO
LA FORMA QUE NO ES FONDO
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Miércoles 27 de febrero de 2013
Ante eventos noticiosos de proporciones mediáticas suele multiplicarse la paja y ausentarse la información. Pululan las conclusiones anticipadas, se adelantan los escenarios y se multiplican las interpretaciones desarticuladas; en un todo que es parte de la visión televisiva que nos quiere hacer creer, desinformación habemus, que la forma es fondo y lo marginal es centro. De este modo selectivo se elimina del análisis la ponderación del contexto histórico y el análisis del cambio cualitativo de los contrapesos estartégicos en el seno de la política.
Pero más allá de la desinformación lo innegable permanece, aunque diluido, negado, simulado: el apresamiento de la líder vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo, complice de presidentes y ex presidentes y pieza clave en la maquinaria instaurada por el PRI; es una DEMOSTRACIÓN AUTORITARIA DEL ESTADO MEXICANO EN MANOS DEL PRI Y ENCABEZADO POR ENRIQUE PEÑA NIETO, por más evidencia legal que oponga la PGR a las tropelías y corrupción en la gestión del liderazgo de la maestra. El peso del Estado mexicano cayó con el ariete más pesado al imputarle delitos graves: violación a la Ley Federal de Delincuencia Organizada y operaciones financieras con dinero de procedencia ilícita. El músculo peñanietista ha golpeado repentinamente pero con precisión, premeditación y de forma largamente planificada, al menos hasta lo que se conoce, con datos recogidos desde 2009, por nada menos que la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Con todo lo anterior, no es lo conocido donde reside el significado de fondo de esta acción, y eso lo enseña la historia pasada y reciente. El problema es que toda resolución autoritaria trae consigo réplicas autoritarias, golpes de fuerza, re acomodos y el arribo de oscuros personajes, que, en la perspectiva de la tragicomedia política mexicana, han resultado peor.
El SNTE es hoy una estructura poderosa , una corporación financiera y una organización compleja , multi nivel, diversificada y anclada a carteras donde fluyen de forma inagotable recursos federales hacia la educación. En este marco, el golpe judicial del gobierno de Enrique Peña Nieto es en todo caso para apropiarse de esa estructura altamente rentable que opera con números impensados de crecimiento económico dentro de un país cuya crisis estructural en ese rubro es crónica.
Más de 20 años de ascenso y triunfo político, hizo que Elba Esther Gordillo concentrara un poder inmenso, mismo que fue utilizado por ella, su familia y asociados del SNTE para poner de rodillas a políticos, gobernadores, senadores y secretarios de Estado (como a Josefina Vázquez Mota); algunos de esos personajes le deben la presidencia de la república y a muchos también se les debe esa canonjía (como a Roberto Madrazo). Ese poder que se le concedió desde el mismo momento en que sustituyó a Carlos Jonguitud Barrios, formó parte de una decisión autoritaria (la del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari). Ahora, la decisión de suprimir el liderazgo de la maestra es también parte del mismo sistema autoritario que la encumbró.
La paja informativa televisada no nos debe, sin embargo, hacer perder el trasfondo: la supresión del liderazgo vitalicio no se hace para mejorar la educación, elevar su calidad o suprimir los abusos que son la norma general en ese sector. La ruina del sistema educativo proseguirá hasta en tanto la política no abandone este sector y ocupe la crisis educativa como un botín para lucrar. La premisa autoritaria del sistema político del PRI reside en una calidad educativa cuestionable que solo reproduzca el esquema de obediencia y sometimiento al Estado.
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