El músico de origen israelí, Gilad Hekselman, tiene una historia peculiar. Hasta la primera mitad de los noventa militó en el ejército de su país en el contexto de las guerras contra Líbano y Palestina. El contacto con la tragedia palestina le hizo cambiar la visión del mundo y abandonó las filas castrenses y renunciar a la nacionalidad hebrea. Emigró a Europa y luego a New York, incursionando en la música jazz que es concebida por él como una expresión de denuncia social por la terrible opresión de los gobiernos que como el Israelí aplastan en fuego y sangre la libertad de países emergentes.Aquí una pequeña muestra del relicario de las lamentaciones, de este extraordinario músico-compositor a la guitarra, que se hace acompañar por Joe Martin en el contrabajo y el excéntrico Obed Calvare en la batería.
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