JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
13 DE ABRIL DE 2012
Stefan Schwietert nos presenta un documental sugerente, según el cual, en el principio de la creación del paraíso musical colombiano, era el acordeón, y Dios, es decir la inspiración, se movía entre sus teclas a capricho, dictando los primeros acordes de lo que mucho después se convertiría en la música más bullanguera y escandalosa de la que se tenga memoria: la cumbia colombiana. Poco después de ese instante seminal vino Pacho Rada, un profeta en su propia tierra dictando las formas de domeñar un instrumento cuasi liturgico para extraer notas de ejecusión rápida en combinaciones rítmicas cada vez más aceleradas, para despertar a los negros libertos de américa, poniéndolos a bailar y a gozar. Así, caído del cielo, el travieso ángel de la última tentación renació en Cartagena de Indias y desde el trópico lanzó sus bendiciones sonoras que trajó alegría y desparpajo al mundo, y desde entonces reina el carnaval...
Un documental de culto si lo es por la iconografía incluída, la retícula palpitante y los testimonios de actores que participaron y participan de la saga musical de la alegría.
Os recomiendo ampliamente el opus magico, cinemático y musical.
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