Eduardo Rozsa Flores (1960-2009) fue abatido por el ejército boliviano el 16 de abril de 2009. De padre húngaro y madre boliviana, su vida transcurrió en medio de un itinerario ideológico controvertido: comunista guevarista, democrata cristiano, islamista, judio y fundamentalista católico; son sólo algunas de las categorías por las que éste militante-partisano desplegó su acción de periodista, combatiente y culterano activo. Su última faceta fue en su natal Santa Cruz (Bolivia) al frente de un comando armado que supuestamente pugnaba por la independencia y autonomía de la pequeña provincia boliviana. La dictadura en Bolivia de los 60s (siglo XX) hizo que su familia se trasladasé en exilio hacia Chile, país con una población hiper politizada de la que posteriormente saldría la familia de Rosza Flores huyendo de la dictadura de Augusto Pinochet. La caída del muro de Berlín significó la llegada de convulsiones sociales en Europa del Este y encuentra al joven Eduardo como corresponsal de Prensa Latina y Granma (este último diario oficialista de Cuba), en el instante en que Croacia es agredida por Serbia consumándose así la disgregación de Yugoslavia. Rosza Flores se convierte en combatiente en las fuerzas croatas e interviene en distintos servicios bélicos en la denominada guerra de los balcanes. Decepcionado por las injusticias y la corrupción que son factores comunes de los bandos en disputa emigra hacia Israel donde tiene una conversión hacia el judaismo. Su vida está documentada en la película CHICO dirigida por IBOLYA FEKETE.
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