El hallazgo es desmesurado por su valía histórica y artística, se trata del manuscrito 229 del Antifonario de León, el cual parece contener la transcripción de la primera obra polifónica del mundo. Junto con el Antifonario de San Millán de la Cogolla (Madrid), El Antifonario de León registra en detalle la música visigótico-mozárabe de los siglos XI o XII. El Antifonario de León recoge 24 composiciones las cuales contienen notaciones caligráficas complejas y en el opus 229 las palabras organum y melos, que indican la armonía gregoriana introducida al canto litúrgico.
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