A Roma sepultada en sus ruinas
FRANCISCO DE QUEVEDO
Buscas en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas;
cadáver son las que ostentó murallas,
y tumba de sí proprio el Aventino.
Yace donde reinaba el Palatino;
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que blasón latino.
Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya, sepoltura,
la llora con funesto son doliente.
¡Oh, Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura.
No pude parar de leer hasta terminar las memorias de Rossana Rossi reunidas en su libro Roma: Estampas de la Guerra 1940-1945 (Editorial domés S. A, México 1978, ISBN 968-450-002-5). Las 259 páginas me depararon gratas sorpresas literarias sobre todo por la entereza y dignidad que trasluce la autora, quien en ese tiempo tenía alrededor de doce años...Las memorias de Raossana cubren el interesante período de 1940 a 1945, es decir, nuestra joven romana fué testigo directo del surgimiento, cima y caída del movimiento facista italiano a cuya cabeza estaba Il Duce Mussolini con sus fanáticos Camicia Nera. Se trata de un relato directo, fresco, sin ambages ni retrúecanos retóricos acerca de los padecimientos de Roma, la ciudad eterna, en su papel estratégico de Città Aperta que no le ahorró ninguna de las feroces represalias bélicas ni por parte de los alemanes ni por parte de los alíados que la bombardearon hasta sus cimientos en la trsitemente célebre Batalla de Montecasino. Veintinueve distintas "estampas" que muestran el estoicismo y la valentía de unos ñiños y su familia que dijeron no a la barbarie, y en cuyo seno se coservaron intactos la compasión y la solidaridad humana con gente en desgracia. Pero lo anterior se expone sin hipocresías, ni ostentación o como un relicario que pretende instaurar algún sistema moral. Humano, demasiado humano en su trascurso de hechos históricos a representación emotiva y de ahí descender a documento histórico-literario, entrañable y conmovedor cuya lectura debe ser recomendada. Ignoro si la editorial mexicana que publicó este bello libro continué reeditandolo, valdría la pena insistir en ello por su alto valor equiparable a los testimonios de prensa de un Stig Dagerman o a un Erich Maria Remarque. Realmente quedé enamorado de Rossana y sus memorias, a quien envió mi más profundo agradecimiento por legarnos a las siguientes generaciones esta joya testimonial.
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Gracias señora Rossi por el hermoso legado que nos deja, no solo con su hermosa obra literaria, sino por el ejemplo de vida que nos brindò y el gusto de haber compartido su vida a travès de su hija Rossana con todos los amigos que la queremos.
ResponderBorrarDescanse en Paz!!!
Luz Marìa Cardona Amèzcua
Quiero darte las gracias a nombre de toda la familia Rossi, esta reseña ha mitigado un poco el vacío que dejó la partida de la autora de este libro, Rossana Rossi, quien falleció el pasado Domingo 12 de Febrero.
ResponderBorrarFue una grata sorpresa encontrar este texto en tu blog, y ha servido de homenaje a nuestra querida Rossana dejando a toda la familia honrada y con una solemne añoranza.
Me gustaría poder contactar contigo de una manera más personal para que la familia pueda expresarte toda la gratitud que te tiene, espero puedas proporcionarme tu telefono o en su defecto un correo.
Saludos cordiales y de nuevo, muchas gracias.
Sr. Díaz, soy Rossana, hija de la Sra. Rossi. me gustaría poder contactarlo para compartirle algo referente a su comentario.
ResponderBorrarSaludos