BY JORGE DÍAZ MIRANDA
18 DE MAYO 2009
Conocí a José de Molina en 1983 en el D. F., en un mitin político-cultural del PSUM que se llevó a cabo en la quinta sección del bosque de Chapultepec. En esa ocasión José se presentó con los Nakos como parte de una cartelera que también incluía a Chava Flores, Oscar Chávez, José Natera, Los Tepichines, los Mascarones y una sección bastante divertida del CLETA.
No recuerdo exactamente el motivo del mitin pero habitualmente era para solidarizarse con Cuba, pedir la liberación de todos los presos políticos del régimen priísta, mentarle la madre al presidente en turno y adoctrinar a la gente con prolegómenos pseudo marxistas. Además de todo lo anterior, la gente también protestaba por el agandalle norteamericano de invadir la pequeña Isla de Granada y la carnicería desatada por la “heroica” 82ª división aerotransportada del USA Army, sobre los pobladores. Invasión que fue celebrada profusamente por Ronald Reagan y Los lunáticos de la nefasta National Rifle Association.
Una buena parte del repertorio que nos compartió José de Molina, fueron canciones en contra del imperialismo yanqui. El tipo me impresionó por su compromiso y militancia activa en movimientos sociales que defendían grupos marginados y comunidades indígenas, víctimas de la represión gubernamental. También me pareció un tipo con presencia escénica que sabía comunicar de la forma más directa y sencilla, ideas complejas con las que presentaba la “otra” América, tan lejana al American Way Of Life, y tan cercana a las tradiciones autóctonas en resistencia. En homenaje a la honestidad intelectual de José de Molina, recordamos aquí una de las canciones más divertidas de su amplísima obra musical, la cual encierra una profunda crítica en contra de la hipocresía y la doble moral, que practican algunos obispos, cardenales, sacerdotes y fauna variopinta, que flagelan a niños y niñas con abusos explícitamente sexuales.
Lúdica mujer impúdica[1]
José de Molina Era
Era una lúdica mujer impúdica
Era muy sádica y sentimental
Era purísima como las vírgenes
Y era tan frígida como un comal
Parecía cínica pero era mística
Era católica de corazón
Parecía un pétalo su cara rosida
Cuando hizo su primera comunión
Comunicaba se como los pájaros
Cantitos bellos nos hacía oír
Era simpática pero tan tímida
Que nunca en público quiso salir
Eran blanquísimos sus blancos dientes
Era tersisima su tersa piel
Cuando sus párpados los parpadeaba
Hacia nos daño su verdad tan cruel
El péndulo de sus anchas caderas
Arrebataba nos al caminar
Y ella tan plácida se hacía la sórdida
Cuando chiflábamos sin respirar
Hasta en el púlpito el que sermoneaba
Se le olvidaba sermón y oración
Cuando la célibe se presentaba
Llenaba se el templo de animación
Hasta una vez el señor Jesucristo
Grito ¡desclaven me por compasión¡
Que haya en el céfiro y cálido cielo
Personalmente le doy comunión
Enajenaban se los asistentes
Ante la bellísima aparición
Y ella con caustica mirada pícara
Arrodillaba se con devoción
Así pasaban se los largos años
Y marchitaban le sin compasión
Pero llego se un hombre entrado en años
Que destrozo le su reputación
Era diabólico decían las beatas
Pero la pérfida le dio su amor
Justificaba lo siempre en sus pláticas
¡Es un arcángel que me envío el señor¡
Habilidoso que era el forastero
Rompió le el cristiano y casto pudor
Y así una límpida tarde de enero
Huyeron se de nuestra población
Por ahí contaba se por ahí decía se
Por ahí habla se murmuración
Que relajaba se y que desvestía se
En citadino congal del peñón
Conservaba sus sólidos principios
Y cuando al tálamo se iba entregar
Los bendecía pa´ que llegarán límpidos
Y previamente los hacía rezar
Y así la mística y púdica célibe
Fue consumiéndose de inanición
Murió se loca cuando dio se cuenta
Que cobraba se por su profesión
Era una lúdica mujer impúdica
Era muy sádica y sentimental
Era purísima como las vírgenes
Y era tan frígida como un comal.
Notas
[1]Incluida en el disco de José de Molina y los Nakos titulado Del surrealismo, La picaresca y El humor, Ediciones NVL, México 1981.
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