BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2009
Mandemos a la mierda las absurdas beaterías
déjame tomar de ti lo que es mío:
la hostia de tu pecado, el cáliz de tu seno
la copa virgen de tu pubis de espuma.
Sé mi puta, mi bailarina de table,
mi bizcocho de mantequilla
la vianda de placeres prohibidos
que se sazona lentamente con las lenguas de mi fuego.
Dime lo que quieras: padrote, cinturita, maricón,
invertido, macho, león, caballo,
si tu quieres puedes llamarme como al puto de tu novio
o llámame con los apodos de tu marido exitoso...
Pero no importa lo que me digas, tómame y hazme tuyo,
y si te parece propio: grita, llora, ríe o calla
pero no dejes de ponerme cerca
tus hermosas nalgas o tus piernas o tus labios jugosos.
Incluso, si lo juzgas pertinente: castígame, insúltame,
azótame, dispara, arráncame la piel,
en fin, lo que quieras, con tal de sentir que me deseas,
róbame el alma, encarcélame y ya no me dejes salir.
Ven, súbete en mi, mójame, devórame, come de mi lo que quieras,
dame tu dolor, dame tu deseo, dame tu desesperación,
vuelca sobre mi tu alma, con su ternura, con su odio,
con su luz y con su sombra, hasta el fin de nuestra noche.
Lo que se lee trase tanta furia y sensualidad es la desesperación y una hambrienta y desatada gana de mandar al país de las merdavillas a más de uno, es pues la invocación de un oficinista harto de su trabajo y de los que rondan por ahí... amén de equivocarme, y si no es así, gózalo pues con jugoso deleite...
ResponderBorrarJajajajajaja y más jajajajajaja.
ResponderBorrarDéjame decirte que no muchos se atreven a escribir tantas… mmmmmmmmm Pe palabras como estas.
Cada día me sorprendes mas, mi valiente poeta.
sin ofender ¡¡¡Estas reloco, amigo!!!!
Jajajajajajaja.