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JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
i. El tratamiento mediático del rescate de Ingrid Betancourt y rehenes, ha confundido a propios y extraños, entendidos y neófitos, oficiosos y diletantes, safios y filósofos; que no pueden demarcar la dimensión de los hechos para colocarlos en su justa perspectiva. En esta vorágine de verdades a medias abundan las simplificaciones, los sobre entendidos y los lugares comunes. A
ii. Aún recuerdo algunos de los barrios pobres de Medellín, Bogóta y Cartagena. Sobre todo la actitud de la gente de clase media o privilegiada que, al ver la situación deplorable en la que viven sus connacionales con menor fortuna, respondían con un asco como si estuviesen viendo leprosos. Era 1997 y los ecos de la guerra civil retumbaban en cada puerta, en cada casa para arrastrar al pueblo de Colombia a un desgaste sordo y cruel; para llevarse a jóvenes entre 13 y 17 años a la leva que convocaban los cárteles para convertirlos en sicarios, los asesinos niños que vengarían la muerte de Pablo Escobar Gaviria. Vi directamente el mundo de los sicarios, el horror de los picaderos, la desolación de infantes aferrados a una bolsa de resistol. Pero lo que mas me impresionó fue la indiferencia, la hipocresía y la simulación. Me tocó ver en vivo la tragedia de las minorías jodidas de Colombia, que hoy, estadísticamente constituyen el 75% de la población. Hoy Colombia vive una verdadera tragedia humanitaria de familias destrozadas, hijos desaparecidos, padres ausentes e hijas y madres prostituidas. Lo peor es que hoy como ayer como siempre sus políticos siguen hablando y hablando y hablando de una realidad del todo ajena al país con el contubernio de los mass media.
iii. Con un lenguaje exaltado y ampuloso, más propio de un demagogo que de un literato, el escritor peruano Mario Vargas Llosa ha proclamado al Presidente de Colombia Álvaro Uribe como héroe y gran prócer, por lo que para él constituye "una hazaña de corte cinematográfico (por) la destreza, audacia y perfección del rescate...". Lo que, a la luz de información más completa y en perspectiva, resulta una simplificación de la situación colombiana vuelta versión de superhéroes de cómic, una fabulación que, en el mejor de los casos, se podría definir como un intento seudo literario por arribar al mundo feliz de Huxley, un mundo a-histórico, desmemoriado, irreal, adicto, sedante, mentiroso, ritual, onírico. ¿Por qué?
* Porque al definir las acciones del Estado colombiano como un triunfo Vargas Llosa olvida o prefiere olvidar que semejante operación con toda su parafernalia tecnológica y logística sólo pudo ser posible por el hecho de que Colombia es el país que ocupa el segundo lugar -después de Israel- en recibir una cuantiosa ayuda de los Estados Unidos de Norteamérica.
* Porque al señalar que "
* Porque al adjetivar a las FARC como una "organización narcoterrorista" simplifica un hecho que desgraciadamente está extendido en Colombia, la violencia. Aún más, las FARCS no comenzaron con eso, y sí el Estado colombiano, los cárteles y los paramilitares que aparecen para resguardar a hacendados y empresarios. Así que, si vamos a hablar de todas las organizaciones narcoterroristas hablemos de la policía, el ejército, los paramilitares, los cárteles, los traficantes de armas y los poderosos empresarios que se han hecho de riquezas fabulosas especulando con la miseria de los campesinos y los obreros. Y anexo a lo anterior hablemos de la corrupción que secuestra a todos en Colombia y hace posible el estado permanente de horror donde diariamente mueren 250 personas asesinadas. Hablemos también de la otra violencia, aquella que destina a miles de colombianos a la pobreza.
* Porque usted como otros señor Vargas Llosa no quiere reconocer que el narcotráfico ha sido la gran coartada del estado colombiano para perpetrar matazas en las regiones campesinas que no quieren ser objeto de explotación por parte de terratenientes que el gobierno protege.
* Porque usted señor Vargas Llosa, ensalza las acciones de un gobierno que con su propio pueblo se comporta indignamente, entrampando, ocultando, mintiendo, desplegando todo el tiempo un doble discurso pero que en los hechos sólo se inclina hacía la opción de guerra de baja intensidad. Sí, en efecto,
* Porque usted como otros señor Vargas Llosa presentan el supuesto triunfo de Álvaro Uribe desde una perspectiva ideológica bien definida. Pretendiendo que una pequeña porción de la realidad represente la totalidad. Además lanza la diatriba de que el presidente Uribe puede reelegirse con la confianza plena de ganar por tercera ocasión la presidencia. Sin duda Uribe ha salvado con sus acciones recientes su imagen, su prestigio, su valía, pero reconozcamos también que quien no se ha salvado aún es el pueblo colombiano, a quien el gobierno actual y todos los anteriores han defraudado. No creo que sea mucho pedir si reconocemos un hecho básico: la guerra de Álvaro Uribe contra la guerrilla o el narcotráfico no ha sido diseñada para aliviar los problemas que son raíz de estas expresiones de violencia organizada, mismas que subyacen en las ruinas de la sociedad colombiana.
* Porque es evidente el sesgo de sus opiniones, ubicando buenas intenciones humanitarias de lado del gobierno colombiano y sus aliados. Del otro lado, usted pone sólo intromisión y afán de protagonismo al gobierno de Hugo Chávez y los cubanos comunistas. Y eso señor Vargas Llosa es un acto faccioso y arbitrario. Es ideología en acción, la misma que Freud y Weber han definido como un acto intencional de encubrir la realidad o invertirla para que la mentira parezca verdad. Siento mucho decirle que no hay ninguna evidencia que sostenga su afirmación señor vargas Llosa, según la cual, "la lucha de Uribe contra el terror se ha llevado a cabo sin menoscabo de la libertad de prensa, la independencia del poder judicial, la oposición parlamentaria y extraparlamentaria, y haciendo al mismo tiempo un esfuerzo continuo para desarmar a las fuerzas paramilitares..." Si todo lo anterior fuera cierto, por qué un día si y otro también salen a la luz actos de corrupción profunda de los aparatos de gobierno, seguridad, empresarios, políticos y familiares de Álvaro Uribe.
*Porque la violencia en Colombia sigue a la alza y además este país sigue ocupando, aún sin Pablo Escobar Gaviria, el primer lugar mundial en producción de coca, aunque ahora México sea el puente entre los productores colombianos y los consumidores norteamericanos.
iiii. En los barrios pobres de Guanía, Boyacá, Caquetá, Casanere, Antioquia, Chocó, Bolívar, Santander, Cauca, Nariño, Putumayo, Amazonas, Arauca, Vaupéz, Cundinamarca; por mencionar algunos de los Departamentos (provincias) que conforman el territorio de Colombia, está la verdadera dimensión de la tragedia. Nunca olvidaré el infierno urbano en el que viven los desposeídos, los desplazados, los campesinos, los desesperados, los negros, los izquierdosos, el pobrerío en su conjunto. Ahí están las víctimas pagando los errores del Estado colombiano desbordado por el desmadre del narco, el tráfico de armas, el muleo de gente para los cárteles y la prostitución, y la producción clandestina de coca que sigue siendo el gran negocio. Ahí entre las calles de cada ciudad de Colombia hay cientos de niños sin padres, aferrados a lo único que puede ofrecerles un tipo de consuelo, una bolsa de inhalantes con la que olvidan el hambre, olvidan que nadie los quiere, que nadie hará algo por ellos. Ahí siguen, ahí seguirán, en la pura desesperación de un naufragio que no tiene escapatoria. Nunca olvidaré las bandas de buitres que planean todo el día en el cielo de Medallo (Medellín). Nunca olvidaré a las ratas de alcantarilla que famélicas disputaban furiosas un dedo humano, sobre una de las aceras modeladas de
ATENTANTAMENTE Y SUYO
EL IMBÉCIL MÁS IMBÉCIL DE LOS IMBÉCILES
miércoles 16 de julio de 2008.
Amén de sentirme ignorante de la situación que priva en Colombia, mi comentario irá hacia otra dirección, es decir, hablaré de las estafas y decepción que nos provocan las autoridades “académicas”.
ResponderBorrarNo pasa desapercibido en este ensayo el paralelo que podemos instaurar entre casi cualquier país del mundo y la respuesta de los “intelectuales-estafadores”, que salvo ínfimas excepciones, ponen al descubierto que lo que menos interesa y atrae a los escritores prestigiosos y afamados es hablar de “lo mismo”, es decir, de los problemas que realmente afligen sus países y los ajenos.
Los análogos de estos “sabios impostados” los encontramos en el reino vaticano y súbditos agregados. Así como no se oye ninguna voz que se levante en defensa de los oprimidos, o cuanto menos en contra de las vergonzosas guerras actuales, de la misma forma no hay ningún compromiso real y leal de los que “tienen voz” en los medios. Y estos mismos medios son los que le generan provecho y satisfacción a los des-interesados escritores de pacotilla.
Continuaré…
Marina Julia.