BREVES NOTICIAS DE SAN SALVADOR BAHÍA (III)

Fotografía de Miguel Rio Branco
de su colección Dulce Sudor Amargo, 1985.
Reproducción sin afán de lucro, sólo con fines informativos.

JORGE AMADO

(Itabuna 1912 - Ciudad de Salvador 2001)

EL BARDO DE LA CIUDAD BLANCA

Dicen que todavía anda en los extensos caminos del Pelouriñho, hilvanando historias y denuncias. Dicen que lo han visto con la sonrisa de siempre y su tierno mirar, con sus manos frágiles y el cuerpo encorvado de tanto caminar. Dicen que sigue bañándose en las playas de arena blanca. Dicen y no se cansan de jurarlo que, en su casa aún vive su voz. Dicen que Gabriela y Doña Flor todavía lo reciben en sus lechos, y que el señorito Amado aún prodiga su belleza con versos. Todavía lo recuerdan en la taberna Flor du Sao Jorge: sus finos ademanes, su voz agradable, la estridencia de su alegría y la extrema cortesía de sus maneras. En los sertones priva hoy un largo duelo por su dolorosa ausencia, pero en la casa de los campesinos, de los sin tierra, de los más pobres, Jorge Amado aún vive con la luminiscencia de veladoras que nunca se apagan en honor a su memoria. Los señores de horca y cuchillo siguen temblando pues Jorge despertó con sus sencillas palabras la conciencia de los oprimidos y sobre todo la dignidad, y la lucha, y el embate de voltear todo con tal de tirar el sitial de los poderosos. Hacia el atardecer Bahía se llena de colores, de risas, de flores. En la noche las palmeras, el mar, las estrellas y las calles de Salvador siguen murmurando un lamento por el escritor que ha partido al más allá, lejos, cruzando las grandes aguas, el cielo, inconmensurables distancias. Sólo el viento de vez en cuando trae en su corriente el rumor de la nostalgia del amado Jorge, el lamento obstinado del el bardo que amaba más que nadie la bella ciudad Blanca.

Jorge Antonio Díaz Miranda