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de su colección Dulce Sudor Amargo, 1985.
Reproducción sin afán de lucro, sólo con fines informativos.
CANTOS DE SAN SALVADOR BAHÍA
fragmento I
JORGE AMADO
Por este resplandor vivo y ruinoso
pueden los ojos desandar el tiempo.
África y Portugal (renda y Zensala)
en el color de hoy siguen más vivos
que esa luz de neón
o las barracas de cruel bisutería.
Lancé mi corazón por esas calles
que vuelven a sí mismas,
y caminé sin guías el crepúculo
olía a maracuyá, a sol herido,
a cuerpos azaeteados por la pena,
a una alegría con forma y sin sentido,
sin más sentido que su propia forma.
Viste de blanco esta ciudad desnuda,
y en la sombra esquéletica del claustro
el blanco es tan únanime,
que el viento, el sol
y esta delicia humana,
derrota a las sombras.
Ay Salvador, ciudad que en un instante
eres todo Brasil.
Este Brasil que el alma me ilumina
y me duele
y me sangra
y me da vida...
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