Publicada en http://sodastereo.com/fotos/20071019_gs.php
Reproducción sin afanes de lucro, utilizada para fines informativos.
Buenos Aires. Estadio River Plate, sábado 20 de octubre de 2007, Concierto de Soda Stereo.
De visita en la Capital Federal de la República de Argentina me dispuse a rememorar mis días de romance con una entrañable y sensual compañera de la preparatoria, nacida cerca de Corrientes (la arteria citadina más famosa asociada con el Tango), que, en ese entonces del año 1989 se encontraba junto con sus padres, asilada en mi país (México), debido a la volatililidad de la economía sudaca. Esta es la historia de nuestro reencuentro, de un volvernos a ver en su propia tierra después de 18 años de añoranza y nostalgia. Sin querer montarme en la ola stereo que domina el art pop cutre de America Látina me vi envuelto sin querer en la inercia del regreso de este grupo que reclama para si la fama que parece vigente a precios actualizados con una plusvalía desmesurada.
Macri, una buena amiga de la preparatoria llamó al hostal donde me hospedaba para saber si quería ir con ella a la resurrección de Soda Stereo (SS), en su segundo concierto ofrecido en el estadio River. Por supuesto que accedí y el principal motivo fue salir otra vez con ella, una tía más que buena a su muy respetable edad de 33 añitos.
Y bueno...estuve ahí junto con 64999 personas según el recuento oficial, yo enamorado de Macrina y ella enamorada de Gustavo Cerati. Ante su más que evidente fascinación no tuve otra que poner atención a la música de un grupo que se montó, a principios de los ochenta, en la ola de ese movimiento, mitad comercial y mitad espontáneo, que los media denominaron Rock en tu Idioma.
A mi no me gustó el concierto, el sonido SS sigue siendo el mismo: plano, impostado, sobre interpretado, suena a miles de cosas que ya se hicieron antes...por otro lado no hay forma de separar la proyección del grupo con el showbisnes, de hecho todo regreso de la bestia pop tiene ese feo trasfondo y este de ningún modo fue la excepción. La recreación de sus temas sigue siendo igual, las mismas palabras, los mismos rasgueos; la monótona síncopa de Charli Alberti el baterista y la hiperactuación Zeta Bozio en el bajo siguen sin poder encubrir el hecho de que SS es Gustavo Cerati, quien por su parte sigue creyendo que su obra es una gran aportación a la historia del Rock ibero-americano.
Para conocimiento de las nuevas generaciones, el rock de argentina no nació con SS, Ilia Kuryaky and the Valderramas o los Babasónicos.
Charly García, Papo, Luís Alberto Spinneta, Pedro Aznar, Memphis, Andrés Calamaro, Los redonditos de Ricota, María Gabriela Epumer, Serú Girán, Bicicleta y un largo etcétera; ya habían definido desde los 70`s un estilo y una identidad, mismos que fueron forjados en el underground por la feroz persecución de la dictadura.
Y estos niños SS, salidos de quien sabe donde, lo único que a mi entender han aportado es la estrategia de mercadeo más cínica y cara de su género, y, un par de ejecutivos grises y rapaces de BMG argentina, eso es todo.
En fin, el regreso fue todo un éxito en lo comercial y la confirmación de que a Cerati y sus dos empleados lo único que les interesa es el dinero de los fans, y a los fans lo único que les interesa es recordar en technicolor esa parte de su juventud que ya se fue a la desmemoria junto con todos los agravios recientes y pasados que la economía ha inflingido en sus castigados bolsillos incluyendo el corralito y el mayo negro de los cacerolazos.
Solo en México y Argentina es posible la irrealidad de pagar sobreprecio por la nostalgia gris que nos traen los acordes de unos oportunistas que viven de su inmerecida fama y de la ignorancia del Populacho. ¡alea jacta¡.
Pd. La noche con Macri fue otra cosa, celestial e íntima, tango ardiente consumado en un lecho perfumado...pero esa historia a ustedes no les importa. Ciao.
Abú Bakr Muhammad Ibn Ammar
Bs. Aires
Y bueno...estuve ahí junto con 64999 personas según el recuento oficial, yo enamorado de Macrina y ella enamorada de Gustavo Cerati. Ante su más que evidente fascinación no tuve otra que poner atención a la música de un grupo que se montó, a principios de los ochenta, en la ola de ese movimiento, mitad comercial y mitad espontáneo, que los media denominaron Rock en tu Idioma.
A mi no me gustó el concierto, el sonido SS sigue siendo el mismo: plano, impostado, sobre interpretado, suena a miles de cosas que ya se hicieron antes...por otro lado no hay forma de separar la proyección del grupo con el showbisnes, de hecho todo regreso de la bestia pop tiene ese feo trasfondo y este de ningún modo fue la excepción. La recreación de sus temas sigue siendo igual, las mismas palabras, los mismos rasgueos; la monótona síncopa de Charli Alberti el baterista y la hiperactuación Zeta Bozio en el bajo siguen sin poder encubrir el hecho de que SS es Gustavo Cerati, quien por su parte sigue creyendo que su obra es una gran aportación a la historia del Rock ibero-americano.
Para conocimiento de las nuevas generaciones, el rock de argentina no nació con SS, Ilia Kuryaky and the Valderramas o los Babasónicos.
Charly García, Papo, Luís Alberto Spinneta, Pedro Aznar, Memphis, Andrés Calamaro, Los redonditos de Ricota, María Gabriela Epumer, Serú Girán, Bicicleta y un largo etcétera; ya habían definido desde los 70`s un estilo y una identidad, mismos que fueron forjados en el underground por la feroz persecución de la dictadura.
Y estos niños SS, salidos de quien sabe donde, lo único que a mi entender han aportado es la estrategia de mercadeo más cínica y cara de su género, y, un par de ejecutivos grises y rapaces de BMG argentina, eso es todo.
En fin, el regreso fue todo un éxito en lo comercial y la confirmación de que a Cerati y sus dos empleados lo único que les interesa es el dinero de los fans, y a los fans lo único que les interesa es recordar en technicolor esa parte de su juventud que ya se fue a la desmemoria junto con todos los agravios recientes y pasados que la economía ha inflingido en sus castigados bolsillos incluyendo el corralito y el mayo negro de los cacerolazos.
Solo en México y Argentina es posible la irrealidad de pagar sobreprecio por la nostalgia gris que nos traen los acordes de unos oportunistas que viven de su inmerecida fama y de la ignorancia del Populacho. ¡alea jacta¡.
Pd. La noche con Macri fue otra cosa, celestial e íntima, tango ardiente consumado en un lecho perfumado...pero esa historia a ustedes no les importa. Ciao.
Abú Bakr Muhammad Ibn Ammar
Bs. Aires