Siempre creí que estaba preparado para todo/
hasta suponía que con el tiempo/
y siguiendo sólo el curso lógica de las cosas/
yo acabaría por entenderlo todo/
y me aferré a observar, leer, pensar y vivir/
consideré que la realidad vista en dos momentos distintos/
me daría la clave para establecer cadenas causales/
Anduve explorando por largo tiempo/
alteraba el orden de las cosas/
para extraer una razón/
o al menos una idea que me orientará/
pregunté tantas cosas y luego confirmé/
que ya tenía una idea vaga/
de las respuestas/
Me úbique dentro y fuera del tablero de Dios/
y observé como lanzaba los dados/
me interesé en el juego del azar/
de sus inestables átomos/
e interrogue el caos/
desordenando de forma controlada mi mente/
alteré mi percepción/
y muchas noches me quede despierto/
para percibir la oscuridad/
me escapaba de casa y caminaba en las sombras/
por sitios donde mis mayores me habian contado/
que pisaba el diablo y la llorona/
en el cruce de caminos los invoque/
y sólo asistió puntual un rayo de luna/
experimenté tormentas, violentas corrientes de aire/
aguas agitadas de un mar picado/
golpes, quemaduras y operaciones quirúrgicas/
Hasta me enamoré/
probé el sudor, la saliva y la orina/
la agitación de los cuerpos/
en la copa generosa de una compañera/
díez años mayor/
que se entregó a mi/
sin condiciones ni falsos pudores/
con el gusto de hacerlo sólo porque quería/
y en sus brazos tragué un mundo tras otros/
y aprendí lo que eran la sed y el hambre.../
luego una niña de senos grandes/
me enseño a aliviar sus dolores/
pegando mis labios a sus pezones/
para aligerar su precoz y copiosa cantidad de leche/
que diariamente producía/
y entonces aprendí lo que era la ternura/
Luego me largue/
huí, me desterré/
quise ser invisible para el mundo que no me gustaba/
y anónimo para la gente que siempre me veía con rabia/
como yo sobraba en la casa de mis padres/
quise regalarles en primer termino mi ausencia/
y luego la libertad de su tiempo/
pasé frío, muchas situaciones peligrosas/
pero me juré a mi mismo/
nunca pedir clemencia/
nunca pedir lástima/
Me acerque por el odio/
y sus armas/
casi me sedujo/
y por un tiempo/
quede atrapado entre sus garras/
pero después mi vena de caminante/
y mi deseo de ser libre/
me ayudaron para mandar al infierno/
el honor de los esclavos/
Todo eso...mientras el tiempo pasaba.
Sin duda he aprendido grandes cosas/
la generosidad de buscarme/
de apartarme del camino/
el valor de mi soledad/
y que cuento conmigo/
todo eso.../
Sin embargo en esta encrucijada de edad/
me queda claro que todas las edades son díficiles/
y que todas las certezas se van una a una/
hasta dejarnos desnudos/
ante la contingencia avasallante de de la vida/
y que su curso cambiante es una invitación a ser sobrios/
humildes y atentos/
para esperar y actuar en su momento/
Aprendí que las palabras no son nada sin los hechos/
que más que los deseos son las desiciones que se toman/
que los muchos planes son humo/
y que la vida es una y no hay otra/
que la entrada del conocimiento es gratis/
y la salida nos cobra en felicidad y dicha/
la única certeza es que no hay certezas fijas/
y que en el juego desigual de vencedores y vencidos/
no hay víctimas/