Cerebros en una cubeta es una metáfora funcionalista que ilustra la aparente paradoja de ser y representar, simultáneamente, dentro de un proceso disociativo de análisis, transformación, almacenamiento y síntesis de cientos de bits de información. Dentro de la metáfora funcional, el pensamiento "produce" los sustentos de una lógica insostenible, que reduce factores, ordena variables y pondera el peso objetivo y subjetivo de elementos que guardan cierta relación. De esta manera se supone que el CPU cerebral genera "realidad" y discrimina lo que es de lo que no. El fallo de la metáfora es su construcción tautológica: una sola referencia y una sola dimensión para delimitar el complejo mundo exterior. En el fondo, se trata solo de manipular, de la forma más directa posible, símbolos que alojan en su estructura significados y relaciones de significados. En el fondo reductivo de la funcionalidad cognitiva, el único teorema válido es la identidad de un sistema y su entorno.